Por un periodo largo, nuestra capacidad exportadora ha sufrido enormemente». Con estas palabras, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, intentó relevar en el debate público algunas de las razones que explicarían el débil desempeño de nuestra economía en los últimos años, tesis compartida por el ex inquilino de Teatinos 120 y actual ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre.
Claramente, no todos coincidieron con la visión de los economistas de Gobierno y las críticas no se hicieron esperar, sobre todo entre quienes ponen el acento en las reformas estructurales que ha llevado adelante la actual administración como la principal razón del estancamiento.
¿Pero son realmente las exportaciones un factor que explica la lenta evolución de la economía chilena en los últimos años? «El Mercurio» realizó un levantamiento de datos con la información histórica de las Cuentas Nacionales publicadas por Banco Central -desde 1960 hasta la actualidad-, y constató que las exportaciones comenzaron a dar señales de desaceleración hace nueve años, pero que, salvo en periodos de crisis, nunca los envíos habían caído por dos años consecutivos, lo que sí ocurrió entre 2015 y 2016.
Pero no solo eso. Además en estos mismos dos años las importaciones también se contrajeron. Que ambas variables del comercio exterior tuvieran este magro desempeño de forma conjunta constituye un hecho inédito en más de 50 años.
Hasta 2007 los envíos crecían por sobre el PIB y luego esta situación cambio de forma abismante
Los números revelan que los envíos del país al exterior cayeron consecutivamente entre 2015 y 2016, situación que también se presentó en el periodo 2008-2009, pero en ese caso, como consecuencia de la crisis subprime . En otros momentos históricos, este fenómeno se ha dado solo por un año y también en periodos de crisis o recesión económica -como en 1972 y 1981-, o de debilidad de la economía, como en 1965, en que el PIB se expandió solo 1%.
Otro dato: al comparar el dinamismo de los envíos respecto de la expansión del Producto Interno Bruto (PIB), es posible concluir que, tras la crisis económica de comienzos de los 80, los envíos al exterior siempre se ubicaron por encima del crecimiento del total de la economía.
Entre 1984 y 2007, las exportaciones crecieron en promedio 8,6% por año, mientras que el PIB anotó un incremento de 5,8% anual en el mismo periodo. Pero esta situación cambió de forma abismante en los últimos nueve años . Entre 2008 y 2016, los envíos están estancados, creciendo solo 0,5% anual, por debajo del crecimiento del PIB, que se ha expandido, en promedio, 3,2% anual.
Las cifras permiten concluir que, hasta 2007, las exportaciones fueron uno de los motores del crecimiento, fenómeno que no se repitió luego de la crisis subprime , números que están en sintonía con la lectura de la dupla Valdés-Eyzaguirre.
Sin embargo, otra variable que permite tener una visión sobre el «impulso» del sector, es la cantidad de empresas exportadoras. Y, según datos de ProChile, la cantidad de empresas exportadoras creció 26% desde 2003 -fecha desde la que tienen registros-, y 2016, siendo las compañías dedicadas a la venta de servicios y vinos las que aumentaron en dicho periodo (ver recuadro).
Reformas laboral y tributaria profundizaron la caída de las exportaciones
Desde el mundo privado reconocen que los números en que se respaldaron las autoridades de Gobierno para hacer este análisis son reales, pero que para encontrar las razones del proceso de desaceleración que enfrenta el país hay que tomar en cuenta otras variables.
El economista de Rojas y Asociados, Patricio Rojas, advierte que hacia fines de la década pasada ya había un diagnóstico que apuntaba a la pérdida de competitividad de la economía chilena. Materias como los altos costos energéticos o la rigidez del mercado laboral, incidían en los menores niveles de crecimiento de las exportaciones. «Desde que se hizo este diagnóstico hasta la fecha, (la competitividad) ha tenido un mejoramiento bastante pobre, por lo tanto, la economía chilena se quedó un poco con esa situación».
Rojas admite que es imposible obviar componentes coyunturales que han incidido en la desaceleración de la actividad. En el plano externo, la debilidad de los mercados internacionales, que ha reducido la demanda por productos locales, y en el ámbito local, las reformas tributaria y laboral que llevó adelante el actual gobierno.
«Hay una combinación de temas. Cuánto es el efecto de cada uno, es difícil saberlo. Ahora la pregunta que uno puede hacerse es: si este diagnóstico estructural se conocía ¿no era mucho más relevante hacer reformas más alineadas, para que la economía chilena no hubiese sufrido tantos costos? Claramente estas reformas tendieron a profundizar esta situación», asegura.
Ángel Cabrera, economista y socio de Forecast Inversiones, agrega otra visión. Reconoce que el débil crecimiento de las exportaciones en la actualidad está asociado a los bajos niveles del tipo de cambio real durante la primera mitad de la década pasada, lo que desincentivó, en parte, la inversión en el sector. «Después vino la crisis y, pese a que el tipo de cambio subió, toda la inversión se desplomó. En los últimos 10 años, hubo poca inversión en el sector exportador», explica.
No obstante añade que, en sectores trascendentales para el sector exportador, las inversiones durante los últimos años debieron cambiar de foco. En el caso de la minería, la caída del cooper grade o ley del cobre, obligó a destinar dichos recursos para mantener la producción. «Si no se hubiesen hecho, las exportaciones habrían caído mucho más».
En tanto, Cabrera explica que otros sectores, como el pesquero, han mostrado una tremenda caída en los volúmenes exportados, justificado por la menor cantidad de biomasa disponible y por toda la incertidumbre en torno a la ley de pesca. «En la industria de los salmones, apareció el virus ISA y cayeron las exportaciones. No fue que no hubiera ideas o no estén invirtiendo», agrega.
Por esta razón, el experto critica a los ministros. «Tomar las cifras totales de exportaciones y decir que antes crecían más y ahora menos, es una sobresimplificación absurda del tema. Desde el punto de vista técnico, realmente muy malo. (…) Si se hace el mismo análisis con la inversión, usted se dará cuenta que el tema que está frenando la economía no es que las exportaciones crezcan poco, sino que la inversión ha caído», enfatiza.
Efecto inversión en las importaciones
La Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) es el parámetro de las cuentas nacionales que mide la variación de la inversión en la economía del país. Y los números les dan la razón a los economistas consultados, conforme esta medida ha mostrado caídas en los últimos tres años, proceso similar al vivido solo a comienzos de la década de los 70 (ver infografía).
De hecho, la caída o alza de la inversión tiene un correlato con el movimiento de las importaciones del país. Entre 2014 y 2016 las importaciones acumulan descensos incluso superiores a los que experimentó la FBCF, situación inédita en la historia económica chilena, al menos, desde 1960. Anteriormente, las compras que realizaba el país en el exterior habían retrocedido solo en periodos de recesión económica. Así quedó de manifiesto en 2009, 1999, a comienzos de los 80 y en la década de los 70. En esos casos, las caídas fueron menos extensas, pero más pronunciadas.
«Las importaciones son un ítem que está fuertemente relacionado con el comportamiento de la economía. Uno lo observa en las importaciones de bienes de consumo y bienes durables. En los primeros años de esta década, la economía chilena mostraba tasas de crecimiento del consumo privado a tasas del 5% o 6%. Cuando ese consumo privado crece hoy en torno al 2% o 2,5%, claro que tiene un efecto importante en las importaciones de bienes de consumo y durables», sostiene Rojas.
El experto agrega que un buen ejemplo de la correlación importaciones-crecimiento económico son las diferencias observadas respecto al ciclo de exportaciones. «Como la economía siguió creciendo en los años 2010-2013, las importaciones continuaron subiendo. Sin embargo, cuando en los últimos años las inversiones mineras y del resto de los sectores cayeron, se concretó el ajuste a la baja en las importaciones».
El que haya un retroceso en las cifras de inversión no es inocuo. De hecho, Cabrera asume que, en el corto plazo, afecta la demanda y, en el mediano plazo, el crecimiento potencial del país. «Las estimaciones del BC y del Comité Consultivo del PIB de tendencia muestran que el crecimiento potencial ha venido cayendo. Por eso Rodrigo Vergara dijo que Valdés estaba tirando la pelota al córner. En el fondo está desviando la atención hacia un tema que es secundario. El tema del menor crecimiento de las exportaciones no es la causa de la desaceleración de la economía. La principal es la caída de la inversión».
Fuente: El Mercurio