La Fundación Titanic en el Parque de las Ciencias de Granada, en TITANIC THE RECONSTRUCTION, descubrió que los remaches utilizados en el trasatlántico eran de mala calidad, por lo que fueron la causa de su naufragio.
Hasta hace muy pocos años, hasta que en el mejor laboratorio de EE.UU., en Bostón, se analizaron los remaches recogidos de la «zona de restos» del Titanic, a 3.963 metros de profundidad, en el oceano Atlantico, la versión «oficial» de porque se hundió el Titanic, era que su casco, de 2,5 cms de grueso del mejor acero de la época, había sido atravesado por la punta del iceberg y había abierto el casco como un abralatas.
Los ingenieros de los astilleros de Belfast donde se construyó el Titanic siempre dudaron de esa versión ofrecida por los tripulantes que sobrevivieron a la tragedia, pero nunca lo pudieron demostrar por el el barco se encontraba en el fondo del Océano.
Cuando un equipo de patrocinado por el gobierno de EE.UU logró izar a la superficie una buen trozo del costado de estribor del casco del Titanic, y se procedido a su análisis en Boston, se comprobó, en primer lugar, que el acero del casco con el que se construyó el «buque de los sueños», era de la mejor calidad que había en 1912, pero, al analizar los remaches que unían las planchas del casco se constató que, en el 12 % de los remaches analizados, la mezcla de escoria era muy superior a la recomendada, y eso les hizo perder mucha fuerza, de tal forma que, al rozar el casco contra la parte más dura del iceberg (justo debajo de la superficie), el roce hizo saltar los remaches y provocó que las planchas se separasen, junto a la altura de la cartería de a bordo, lo que posibilitó la entrada de agua que, se calcula, era diez veces superior a la que podían extraer las bombas de achique.
Hay que tener en cuenta que el casco del Titanic llevaba mas de tres millones de remaches y que el 12% de tres millones son muchos remaches.
En la exposición que podemos visitar en el Parque de las Ciencias de Granada, con la ayuda de remaches, de un soplete original de calentamiento, de una muestra de escoria de acero cedida por la empresa Gerdau de Basauri ( Bilbao) , con las herramientas originales de trabajar los remaches, cedidas por el Museo Marítimo de Barcelona y con la ayuda de un equipo de sonido individual, los visitantes pueden ver, y escuchar, esta apasionante historia donde, una vez más, las piezas más pequeñas de una gran construcción, puedan hacer que «todo se venga abajo».
Fundación Titanic revela la verdadera causa del naufragio de 1912 http://t.co/bznfs5Y4YR http://t.co/5N5cvbgyyh