Líderes de finanzas del mundo buscaban este lunes conseguir un claro apoyo al libre comercio, en medio de preocupaciones de que los aranceles de Estados Unidos al acero y al aluminio, junto a posibles acciones contra China, puedan desatar una guerra comercial que golpee al crecimiento global.
Ministros de finanzas y jefes de los bancos centrales de las 20 economías más importantes del mundo están reunidos en Buenos Aires con una agenda que incluye las perspectivas económicas, los flujos de capital, el uso de criptomonedas y la prevención de la evasión fiscal de empresas internacionales.
Sin embargo, luego de que el 8 de marzo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidiera unilateralmente imponer aranceles del 25% a sus importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, el comercio se convirtió en el punto central de la reunión.
“Estoy seriamente preocupado de que la base de nuestra prosperidad, el libre comercio, está siendo puesta en riesgo”, dijo el ministro de finanzas de Alemania, Olaf Scholz, al diario Bild.
“El proteccionismo no es la respuesta a las dificultades de nuestro tiempo. La situación es seria”, dijo, y agregó que él aún tendría cuidado en usar el término “guerra” comercial.
Pero el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, puso énfasis en el “libre comercio con términos recíprocos” del Gobierno de Donald Trump.
“La expectativa está en que Estados Unidos subordine completamente sus intereses nacionales para que el sistema de libre comercio funcione, eso no lo podemos aceptar. Entonces fuimos muy claros, creemos en un comercio libre con términos recíprocos que lleven a una relación comercial más balanceada”, dijo a periodistas un funcionario de Estados Unidos.
Otros participantes de la reunión del G-20 en Argentina, que finalizará el martes con una declaración conjunta, compartieron la preocupación de Alemania.
“Hay un sólido entendimiento en la comunidad global de que el libre comercio es importante”, dijo el jefe del banco central de Japón, Haruhiko Kuroda, a periodistas al llegar a la reunión. Su par brasileño, Ilan Goldfajn, también alentó al G-20 a trabajar para mantener abiertos los flujos comerciales globales.
Los aranceles a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio han disparado alarmas de que Trump esté cumpliendo con sus amenazas de tomar acciones unilaterales para desmantelar el sistema comercial vigente hace décadas, estructurado alrededor de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Muchos aliados de Estados Unidos, incluyendo la Unión Europea, solicitaron las mismas excepciones que Trump otorgó a sus vecinos Canadá y México, y algunos ministros del G-20 llevaron ese pedido a Mnuchin.
Luego de reunirse con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en Washington, el ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, dijo que él y Ross acordaron que se intensifiquen las charlas sobre tarifas entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Amenaza de aranceles contra China
Posibles aranceles más amplios contra China y restricciones a las inversiones que Estados Unidos está considerando como parte de una investigación sobre propiedad intelectual han generado temores de una represalia que pueda reducir el comercio global y frenar el crecimiento mundial esperado.
Economistas de Morgan Stanley dijeron en un reporte a sus clientes en la noche del domingo que una aplicación amplia de la “Sección 301” de Estados Unidos, que resultaría en un arancel del 20% a los bienes manufacturados de China, junto a una respuesta proporcional de China, recortarían el crecimiento de ambos países en 1 punto porcentual en un año.
Un borrador preliminar de la declaración del G-20 visto por Reuters contenía la frase “el comercio y la inversión internacionales son importantes motores de crecimiento”.
El documento también afirma que los ministros de finanzas de los países miembros del G-20 apoyan un acuerdo alcanzado por sus líderes en julio del año pasado en Hamburgo.
Un funcionario del G-20 dijo que las discusiones ahora se centraban en si se mantendrán esos términos sobre el comercio en el comunicado, que debe obtener el respaldo unánime de los miembros, incluido Estados Unidos.
El acuerdo de Hamburgo al cual se refería el borrador de Buenos Aires señalaba: “Tomamos nota de la importancia de que los acuerdos bilaterales, regionales y plurilaterales sean abiertos, transparentes, inclusivos y consistentes con la OMC, y nos comprometemos a trabajar para asegurar que complementen los acuerdos comerciales multilaterales”.
Las decisiones unilaterales de Estados Unidos de imponer aranceles son consideradas contrarias a las medidas negociadas o “multilaterales” que estarían en línea con la OMC.
El borrador de la declaración del G-20 también decía que si bien las perspectivas económicas están mejorando, “una retracción hacia políticas que miran hacia adentro” -sugiriendo prácticas comerciales proteccionistas- constituían un riesgo al crecimiento.
Fuente: Pulso