Chile atraviesa por una de las peores sequías en varias décadas. La escasa pluviometría sumada a la falta de infraestructura para acumulación, mala distribución del agua de riego y el aumento de la superficie cultivada, son factores determinantes en la situación actual.
Es en este escenario que la Produce Marketing Association (PMA) dio a conocer un “Protocolo de Manejo en condiciones de escasez hídrica en Uva de Mesa”.
El protocolo fue preparado por Uvanova y con el aporte del Grupo de Trabajo de uva de mesa de PMA.
Busca impulsar medidas que puedan atenuar los efectos de la sequía en Chile; la que llevará a una caída proyectada de 1,6% en los volúmenes de exportación, equivalentes a 643.620 toneladas en 2019-2020, informaron.
Protocolo
De acuerdo a lo señalado por PMA, este protocolo sugiere medidas a nivel predial, de manejo productivo, de distribución de agua en el suelo, de cosechas, así como un cálculo de balance hídrico para cada campo.
Destacaron que, a nivel predial, entre diversas acciones para hacer más eficiente el riego, se considera esencial una gestión interna de distribución del agua dentro del predio, con acequias en buen estado, sin malezas y revestidas, entre otros.
A nivel de manejo productivo, es importante considerar las pérdidas de agua para un sistema productivo en determinada localidad. El índice de área foliar o magnitud de la intercepción de la radiación es determinante en la determinación del Kc del cultivo, e incide directamente en el valor de la demanda a reponer en la ecuación de evapotranspiración.
Respecto de la distribución de agua en el suelo, es clave evitar la evaporación directa del agua desde el suelo, el control de malezas, el uso de detergentes u otros agentes humectantes, y el uso de polímeros de Hidrogel; además, mantener revisión permanente con calicatas y el uso de sensores de medición de humedad en el suelo a diferentes profundidades
Otro nivel de acción es el de programar cosechas rápidas, concentrada y efectivas que signifiquen el menor tiempo de espera y exposición de la fruta a altas temperaturas; revisar la logística de cosecha para variedades blancas (más sensibles a pardeamiento) respecto de las negras y rojas, y utilizar capuchones que cubran los pallets si el trayecto de traslado al packing es largo.
Ejemplos
Desde PMA también se refirieron al balance hídrico y a la mantención de equipos.
Explicaron que el balance hídrico, no es más que cuantificar la demanda de agua que existe para la cantidad de hectáreas.
“Por ejemplo, en Aconcagua 1 acción permite regar 5 Has a una pbb de ocurrencia del 50% del caudal. Si esta probabilidad aumenta al 85%, la misma acción riega 3,2 Ha. A este nivel, hay que dar respuesta a 4 preguntas clave: ¿Cuánta agua se requiere para mantener el potencial productivo en un parrón de uva de mesa? ¿Todas las variedades (tempranas, de media estación o tardías) tienen los mismos requerimientos en M³? ¿Entonces, desde cuando me tengo que preocupar de no contar con estrés o falta de reposición de la demanda? Y: ¿Realizo riegos largos según lo que permita el turno o riegos cortos para alcanzar a regar mayor superficie?”, indicaron.
En el protocolo dado a conocer por PMA se recomiendan ciertas precauciones en el control de operación y en la mantención de equipos que en ocasiones anulan los esfuerzos técnicos y de manejo productivo.
Para ello, se recomienda disminuir pérdidas de evaporación desde el tranque acumulador protegiendo con mallas u otros (con éstas, se pueden evitar pérdidas de hasta el 40%), evitar contar con emisores tapados y/o desbocados, realizar lavados de cola y submatrices permanentemente, el uso de decantadores y de retrolavados.
Fuente: Portal Frutícola