Analizar junto a los inversionistas el desempeño de la industria naviera y los resultados financieros de la firma alemana Hapag-Lloyd, cuyo mayor accionista con 25,8% es la Compañía Sudamericana de Vapores, ligada al grupo Luksic. Esas fueron las razones de la visita que realizó a Chile la semana Nicolás Burr, chief financial officer (CFO) o gerente de finanzas de la compañía germana.
El ejecutivo se reunió también con «El Mercurio» para conversar sobre el comportamiento económico de la naviera -la quinta más grande del mundo-, la posible transformación de algunos de sus barcos que usan petróleo a naves a base de gas natural licuado (GNL), para cumplir con nuevas exigencias en esta industria; y también para profundizar sobre las repercusiones de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Sobre este último punto, Burr sostiene que «hay cierto riesgo hoy por el tema de las políticas comerciales de Estados Unidos y las posibles guerras comerciales, pero ese efecto en la actualidad está relativamente acotado, pues solamente afecta al 2% del flujo de contenedores a nivel mundial». Añade que es un «peligro acotado, que podría expandirse en la medida que escale el problema».
La disputa arancelaria entre Estados Unidos y China ha llevado inestabilidad en varias jornadas a las bolsas y a las acciones de las navieras. Burr señala que en el caso de Hapag-Lloyd, el comportamiento bursátil ha sido estable en 2018. «No se anticipa un deterioro de la acción por este problema, pero eso puede cambiar y ese es el principal riesgo que tenemos por el lado de la demanda. Hay que monitorearlo de cerca», sostiene.
El CFO de Hapag-Lloyd comenta que el transporte de productos con relación a la costa oeste o América Latina «está creciendo a dos dígitos». Previendo ese comportamiento, la firma invirtió cerca de US$ 80 millones hace un par de años en barcos «especiales» para la región, principalmente para rutas vinculadas a Brasil, Argentina, Perú, Ecuador y Chile. Esas naves son de 10 mil teus -un teu equivale a un contenedor de 20 pies- y cuentan con una gran cantidad de enchufes para los contenedores refrigerados.
Con relación a nuestro país, indica que los aumentos también son de dos cifras tanto en carga de importación como de exportación. Respecto de esta última, destaca que han avanzado de forma relevante los embarques de cobre, forestales, frutícolas y de alimentos.
Cambio de combustible
Las empresas de transporte marítimo deben enfrentar nuevas regulaciones que entrarán en vigencia en 2020 y que buscan reducir la cantidad máxima de azufre que se permite en el petróleo que utilizan los barcos de 3,5% a 0,5%. «Habrá un cambio importante y hay incertidumbre respecto del precio que tendrá ese combustible. El producto hoy no existe y creemos que puede haber una brecha importante, un aumento que será traspasado al cliente final», afirma el ejecutivo.
Nicolás Burr comenta que una alternativa es convertir buques a GNL. «Estamos haciendo los test para ver cómo funcionan los barcos de contenedores, lo que sería innovador», revela.
Pero advierte que transformar un barco petrolero a gas natural licuado «es caro», aunque aclara que es una inversión que se recupera a través del tiempo. Estima que el valor de esta conversión fluctúa entre los $20 millones y US$ 25 millones por embarcación.
De todos modos, indica que Hapag-Lloyd cuenta con 17 naves que fueron diseñadas para ser convertidas a GNL. Agrega que se trata de buques grandes, de 15 mil a 20 mil teus, que representan el 20% de la capacidad de movimiento de carga de la compañía.
«El GNL es el combustible más amistoso con el medio ambiente que podemos tener», asegura. Pero dice que necesitan tener acuerdos en puertos para abastecerse del combustible.
Visión optimista
Hapag-Lloyd registró pérdidas por US$ 122,3 millones en el primer semestre de 2018, que se comparan con mermas por US$ 44,6 millones en igual lapso del año pasado. Según la firma, esto respondió a la fuerte competencia del rubro y a mayores costos operacionales. Sus ingresos totalizaron US$ 6.568 millones en ese lapso, un alza de 34% anual.
En este aspecto, Burr destaca el resultado operacional de US$ 107 millones que tuvo la compañía a junio pasado, «lo que es bueno en el contexto global de la industria». Explica que en ese ítem, la mayoría de las navieras exhiben cifras negativas. Pese a ello, admitió que «no estamos contentos» y «estamos trabajando para mejorar la rentabilidad». Indica que al cierre de 2018, el resultado operacional de la firma estará entre 200 millones y 450 millones de euros (no indicó cifras en dólares).
Hapag-Lloyd espera a partir de 2019 sinergias anuales por US$ 435 millones debido a la fusión con United Arab Shipping Company (UASC), que completó a fines de 2017. Burr estima que al cierre de este año alcanzarán el 90% de las sinergias.
Respecto de nuevas compras o fusiones por parte de la naviera, sostiene que «estamos contentos con nuestro tamaño, creemos que podemos ser eficientes así». Comenta que en el futuro puede producirse en el rubro una «segunda ola de fusiones y adquisiciones», que involucre a actores de menor tamaño.
«La consolidación de la industria naviera avanza. Hoy dos tercios de la capacidad se concentra en los cinco o seis primeros actores».
«En puertos, Chile tiene cierta holgura y puede crecer el comercio. En Perú hay un problema de capacidad y estamos bastante preocupados».
Fuente: El Mercurio