El comienzo de la construcción del Puente Chacao, según se declaró tres meses después de su adjudicación, estaba fijado inicialmente para febrero de 2015. Sin embargo, las obras recién pudieron partir a fines de febrero de este año, luego de una serie de cambios contractuales que se realizaron a la iniciativa, para una adecuación de las etapas constructivas del proyecto.
Hoy, su construcción, que está centrada en labores del pilote central del futuro Puente Chacao, que con sus 2,7 kilómetros de extensión conectará vialmente el continente con la Isla Grande de Chiloé, avanza a paso firme. Pero mientras las obras siguen su curso, todavía queda por cerrar otro capítulo que ha complicado este megaproyecto.
A fines del año pasado, Hyundai dio otro paso para poner fin a su relación con la cuestionada empresa brasileña OAS, que actualmente está en proceso de quiebra en Brasil. Ambas compañías, que forman parte del consorcio a cargo de las obras del puente, acordaron que el 49% de la participación de OAS pase a manos de la coreana, vía compra, quien ostenta el otro 51% del consorcio.
Sin embargo, para que la titularidad de las acciones cambien, es decir que los papeles del consorcio se inscriban a nombre de Hyundai, se requiere la aprobación de la autoridad brasileña que está visando el procedimiento de quiebra al cual se acogió OAS en ese país. Pero para el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, este hito es básicamente una formalidad. “Esa es la única condición que yo entiendo que existe”, señala.
El 29 de mayo de este año, Fontaine se reunió con altos ejecutivos de la empresa coreana, entre ellos, el vicepresidente de Infra & Environment Division en Hyundai Engineering & Construction Co, Ji Sang Ju. En la cita lo acompañaron también representantes de la empresa coreana que son parte del directorio del consorcio a cargo del puente, como Chi Young Kim, general manager de Hyundai E&C, actual presidenta de la mesa, junto al director, Jongcheul Park.
“Lo que nos han informado es que la venta está efectuada, pero que el perfeccionamiento de la operación como suele ocurrir en estos casos depende de la autorización, equivalente al síndico en nuestro caso, de la autoridad brasileña. Porque OAS, que es miembro del consorcio, está en un proceso de quiebra”, comentó a PULSO el ministro. “Pero desde el punto de vista que a nosotros nos compete, OAS no participa ni en el directorio ni en ninguna de las decisiones del consorcio, porque su participación ya está vendida”, agregó.
De hecho, en octubre de 2017 se informó que Hyundai tomaba el control técnico-administrativo del consorcio, así como también se realizaron cambios al directorio, ante los graves problemas financieros de OAS, asumiendo el liderazgo en la construcción de la estructura.
CRONOGRAMA
Son varias las ocasiones en que el Ministerio de Obras Públicas ha comprometido fechas para el fin de las obras durante los últimos años. Así, una obra que se suponía estaría lista a fines de 2020, la actual administración confirma que se tiene previsto el término de su construcción hacia fines de 2022, o se atrase a incluso, hacia principios de 2023.
“El puente sufrió retrasos durante años pasados. En consecuencia, hay un tema a futuro por resolver, cómo se tratan esos retrasos que de acuerdo al contrato se tratan con multas. Y en este momento lo que era una obra que se suponía iba a terminar a fines de 2020, ahora se está pensando que podría terminar a fines de 2022 o principios de 2023. Eso obedece al tiempo que tardaron ciertos estudios de viento y corriente en el proceso previo, en años anteriores. Pero hoy se está trabajando a buen ritmo, haciendo los primeros pilotes de la roca remolino que es el pilar central del puente”, comenta el ministro.
Fuente: Pulso