Según la Direcon, es posible seguir avanzando en materias como la flexibilización de ciertas normas de origen y alcanzar acuerdos en temas vinculados con impedimentos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, y certificación electrónica de origen.
A más de diez años desde su firma y a casi once de su entrada en vigencia, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y China posibilitó un importante crecimiento de las relaciones económicas entre ambos países.
El gigante asiático es hoy el primer socio comercial de Chile en materia de exportaciones e importaciones. En 2015, las exportaciones chilenas a China sumaron US$ 16.671 millones, mientras que las importaciones totalizaron US$ 14.800 millones.
En diez años, el comercio entre Chile y China creció cuatro veces, pasando de US$ 8.122 millones en 2005 -año anterior a la entrada en vigencia del TLC- a US$ 31.471 millones en 2015. Esta cifra representa el 25% del comercio exterior chileno. El saldo de la balanza comercial promedia un monto cercano a los US$ 4.234 millones desde 2005.
El presidente de la Cámara Chileno-China de Comercio, Industria y Turismo, Juan Esteban Musalem, sostiene que el TLC suscrito entre Chile y China ha sido uno de los «grandes hitos» en la relación bilateral.
«Gracias al TLC, China está ocupando un papel cada vez más importante como receptor de productos alimenticios provenientes de Chile. Las frutas, los mariscos y el vino, entre otros, han ganado gran popularidad entre los consumidores del país asiático», señala.
El cobre, principal materia prima exportable de Chile, representa el 79% de los envíos nacionales a la primera economía asiática. Sin embargo, China también se apunta como el segundo socio comercial en envíos no cobre. En 2015, estos alcanzaron los US$ 3.579 millones, representando el 21% del total de envíos de Chile a China. Entre los productos distintos del metal rojo destacan las exportaciones frutícolas, alimenticias y vinícolas.
En cuanto a las importaciones desde China, el ritmo de expansión anual es de 17% en el período 2005-2015, mientras que las exportaciones han crecido un 13% en el mismo tiempo. Durante ese período se ha duplicado el número de empresas chilenas que exportan a China, pasando de 477 en 2006 a 1.084 en 2015.
De acuerdo con los datos de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), el 97,2% de la mercancía chilena ingresa al mercado chino libre de arancel, lo que representa un total de 7.336 productos nacionales.
En la industria, celulosa lidera envíos
El desempeño de las exportaciones industriales a China se ha destacado desde la entrada en vigencia del TLC, creciendo a una tasa promedio anual de 12% entre 2005 y 2015, lo que se traduce en una cifra de US$ 2.151 millones.
En este sector, la celulosa lidera los envíos, con un valor exportado tres veces mayor al de 2005, seguida por las ventas de productos alimenticios, que se han expandido 6% anual en promedio el mismo período.
Hoy existe una significativa penetración de alimentos nacionales en el mercado chino. Sin ir más lejos, Chile fue el primer proveedor de China en arándanos y cerezas frescas el año pasado. Además, 77% de los salmones enteros importados por China son de origen chileno, mismo porcentaje de las ciruelas frescas.
«China es hoy uno de los tres principales destinos para la oferta chilena de alimentos y bebidas, junto con Estados Unidos y Japón», indica el titular de la Direcon, Andrés Rebolledo.
En diez años, los embarques de alimentos a China se han multiplicado diez veces. Si en 2006 alcanzaron US$ 130 millones, hoy llegan a US$ 1.291 millones. Las aperturas fitosanitarias a cerezas (2008), arándanos (2011), paltas (2014) y nueces (2016), entre otros, y zoosanitarias a la carne bovina y ovina (2014) han jugado un papel esencial en este ámbito.
Un ejemplo claro es la exportación de cerezas, que ha tenido un importante crecimiento desde 2008. En ese año, los envíos alcanzaron US$ 16 millones, mientras que en 2015 el monto fue de US$ 406 millones.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, senador Jorge Pizarro (DC), explica que «hoy, con un dólar más alto, existen condiciones favorables para el rubro exportador que deben ser aprovechadas». Pizarro estima que en el sector alimentario, con productos con más procesamiento y valor agregado, es posible llegar al mercado chino y competir de mejor manera.
Los temas pendientes
Según la Direcon, es posible seguir avanzando en materias como la flexibilización de ciertas normas de origen y alcanzar acuerdos en temas vinculados con impedimentos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, y certificación electrónica de origen.
El objetivo de Chile es fortaler la atracción de inversiones, sobre todo al considerar los mayores flujos de capitales chinos en América Latina.
El senador Francisco Chahuán (RN), miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, sostiene que hoy «se está generando una plataforma donde esperamos que haya un incremento sustantivo de la inversión china en Chile en los próximos años, sustentada por el banco de construcción chino». A su juicio, eso facilitará que empresas chinas inviertan en nuestro país.
Una de las áreas fundamentales es reforzar la diversificación de la oferta exportable, potenciando la industria alimentaria, que ha tenido un gran éxito en el gigante asiático. Según Rebolledo, el desafío es diversificar la exportación de productos primarios y convertir a Chile en un gran exportador de productos alimentarios de calidad que pueda abastecer a un país que está experimentando un proceso importante de urbanización.
Para la Direcon, existe interés de ambos países en continuar profundizando el TLC, en el sentido de revisar los productos que hoy se encuentran excluidos de la cobertura del acuerdo, e incluir nuevas disciplinas como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y los asuntos medioambientales.
Fuente: El Mercurio
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