Los frutos secos destacaron como uno de los productos que tuvieron un mejor desempeño en la temporada pasada de exportaciones. Según cifras de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), dependiente del Ministerio de Agricultura, al cierre del período sus envíos al extranjero superaron los $723 millones, con un incremento de 18%. En tanto, en términos de volumen, los embarques llegaron a las 169.151 toneladas, con un aumento de 21%.
La estrella de este segmento fueron las nueces. Los retornos por este producto -en la temporada de 2016-2017, que se extendió entre septiembre del año pasado y agosto del actual ejercicio- alcanzaron más de US$ 420 millones, lo que significó un aumento de 52% respecto al período anterior, revelan las cifras de la Odepa. El director ejecutivo de Chilean Walnut Commission, Andrés Rodríguez, destacó: «Cada cinco años, Chile está duplicando su producción. El país ya tiene más de 44 mil hectáreas plantadas de nogales, que representan la segunda superficie más relevante, después de la uva de mesa». Y agregó: «La estrategia de la industria es seguir creciendo, pero con calidad. El próximo año, creo que estaremos superando la barrera de las 100 mil toneladas a exportar».
En cuanto a las almendras, las cifras revelan que los retornos en la temporada que recién concluyó totalizaron más de US$ 45 millones, con una caída de 34% en comparación con el lapso anterior. El gerente comercial de la productora y exportadora de almendras Parmex, Cristián Manterola, sostuvo que Chile tiene ventajas competitivas en cuanto a condiciones climáticas para la producción de almendras, sobre todo en la zona comprendida entre Ovalle y Rancagua. Pese a ello, el ejecutivo señaló que en ese lugar no hay grandes incentivos para plantar. «El cultivo no es fácil, ya que es un árbol de hoja caduca y su polinización se realiza con abejas. Además, en la mejor zona para plantar hay escasez de agua y la disponibilidad de tierras es escasa, ya que está siendo utilizada para otro tipo de cultivos, como nueces y cerezas», manifestó.
Independientemente de lo anterior, Manterola destacó que para Chile se trata de «un negocio estable, ya que es el fruto seco que tiene un mayor consumo a nivel mundial, debido a la multiplicidad de usos que tiene. Por ejemplo, en la fabricación de chocolates».
A diferencia de las almendras, las avellanas tuvieron un positivo período. Sus retornos superaron los US$ 89 millones, lo que se tradujo en un incremento de 8% en comparación con los US$ 83 millones del lapso comprendido entre septiembre de 2015 y agosto de 2016. En este caso, gran parte de la producción local es realizada por AgriChile, filial del grupo italiano Ferrero, que, a su vez, exporta el producto para elaborar sus chocolates con avellanas fuera de Chile.
El dueño de Agrícola La Campana, Jaime Armengolli, afirmó: «El negocio se ha tornado atractivo para los productores. Tanto es así, que actualmente se están plantando en torno a 1.500 hectáreas de avellanos por año». El productor explicó que el modelo de negocio de AgriChile ha sido exitoso, porque ha generado interés en los agricultores. «El negocio de Ferrero fue bien pensado, porque ha instalado poder de compra en el país. Al productor le interesa que una compañía adquiera sus avellanas y le paguen al contado», afirmó Armengolli.
En cuanto a las ciruelas deshidratadas, en la temporada recién pasada se generaron retornos por más de US$ 167 millones, lo que se tradujo en una leve caída de 9% en comparación con los US$ 183 millones del período productivo 2015-2016.
Por su parte, Andrés Rodríguez, quien también es director de Chile Prunes, sostuvo: «La industria de las ciruelas hoy está en un momento de estabilidad. Ya tuvo su época de crecimiento, y hoy se ha convertido en una industria madura que ha mantenido su nivel de superficie plantada -en torno a 12 mil hectáreas- y es estable en términos de producción». Añadió que «no se prevén grandes crecimientos en términos de volumen en las ciruelas».
Fuente: El Mercurio