Un mayor dinamismo económico espera el Banco Central para este y los próximos dos años, según se desprende del IPoM dado a conocer hoy.
En términos de crecimiento del PIB, el rango previsto para 2018 fue elevado desde 2,5%-3,5% vigente en el informe de diciembre, hasta 3,0%-4,0% ahora en marzo.
Según explica el ente emisor, el crecimiento de la actividad ha aumentado en los últimos meses, en particular en los sectores no mineros, que retomaron dinamismo en la segunda mitad del 2017, después de un lento inicio de año. El impulso externo se ha consolidado en niveles por sobre lo previsto, con condiciones financieras favorables, un crecimiento mundial que será superior al de años previos y precios de materias primas que se han sostenido en niveles por sobre los de un año atrás.
Los registros de la primera parte del año estarán influidos de modo relevante por la baja base de comparación que dejó la paralización en Escondida del 2017 y el menor número de días trabajados. Estos efectos se irán diluyendo durante el año, moderando las tasas de crecimiento.
El Consejo estima que en el 2019 el PIB crecerá en un rango entre 3,25 y 4,25%, y en el 2020 lo hará entre 3,0 y 4,0%. Con ello, crecerá por sobre el potencial por varios trimestres, cerrando la brecha de actividad hacia comienzos del 2020.
El Consejo sigue estimando que el crecimiento potencial actual se ubica entre 2,5 y 3%, mientras el tendencial está entre 3 y 3,5%.
Inflación más lenta de lo previsto
Por el lado de la inflación también hubo un ajuste, pero a la baja. A fines de año el IPoM prevé un 2,3%, es decir, seis décimas menos que lo previsto hace 3 meses y sólo al término de 2019 se alcanzaría el 3,0% que es el centro de la meta de la autoridad monetaria.
Al respecto, el Banco Central indica que la inflación se ha comportado en línea con lo previsto, manteniéndose en torno a 2%. No obstante, la convergencia de la inflación a 3% será más lenta que lo considerado en diciembre, dada la apreciación adicional del peso de los últimos meses. Hacia el 2019 y el 2020, la inflación se acelerará, en buena parte porque la economía irá cerrando su brecha de actividad de manera sostenida. Esto, considerando que en promedio, la economía crecerá por sobre su potencial en el período 2018-2020.
Durante los últimos meses, la inflación anual del IPC y del IPCSAE ha fluctuado en torno a 2%, sin mostrar mayores diferencias respecto de lo previsto en diciembre pasado. Como ha sido la tónica en los últimos trimestres, la dinámica inflacionaria ha estado dominada por la apreciación del peso. La inflación anual de bienes del IPCSAE se ubica en cifras levemente negativas, mientras la del componente de servicios ha bajado gradualmente a lo largo del último año y se sitúa en torno a 3%.
En los meses venideros se proyecta que la inflación anual descenderá temporalmente, con una variación anual del IPCSAE que se ubicará en torno a 1,5% hacia mediados del 2018. Posteriormente, la inflación subirá gradualmente, retornando a 3% hacia fines del próximo año y manteniéndose en torno a ese valor durante todo el 2020.
Demanda Interna
Por el lado de la demanda interna, que en 2017 creció 3,1%, las expectativas apuntan a un alza de 4,0% para este ejercicio y de 3,8% y 3,6% para los dos años siguientes.
Destaca que la inversión mostró una recuperación en la última parte del 2017, incluyendo construcción y obras. El mejor escenario externo, la recuperación de las expectativas, las favorables condiciones financieras y los datos de fines del 2017 inciden en la revisión al alza del rango de proyección de crecimiento para el 2018. Así para la formación bruta de capital fijo, que en 2017 tuvo una caída de 1,1%, marcando el cuarto año de retrocesos consecutivos, para 2018 se espera un avance de 3,6%, que se acelerará a 4,4% en 2019, para luego moderarse a 4,0% en 2010.
Las proyecciones contemplan que el consumo retomará gradualmente mayores tasas de expansión anual, coherentes con el aumento del crecimiento del ingreso nacional.
Cobre y Petróleo
Los socios comerciales chilenos crecerán este año en torno a 3,8%, superando el promedio de los últimos cinco años.
La evolución de los términos de intercambio también ha mejorado a lo largo de los últimos trimestres. En particular, el precio del cobre, pese a sus vaivenes, se ha sostenido en cifras por sobre US$3 la libra por varios meses y en el escenario base se espera que tenga un descenso gradual hacia niveles en torno a su precio
de largo plazo, que se sigue estimando en US$2,7 la libra.
Así, promediará US$3,05 el 2018 y US$2,95 el 2019, ambos valores por sobre los considerados en diciembre. Las proyecciones para el precio del petróleo también aumentan, a US$63 y 59 el 2018 y el 2019, respectivamente.
Política monetaria
Respecto de la política monetaria, en el escenario base, el Consejo estima que hacia el 2020 la tasa de política monetaria (TPM) se ubicará en torno a su nivel neutral, que sigue estimando entre 4 y 4,5%. Como supuesto de trabajo, se considera que el estímulo monetario se mantendrá en torno a sus niveles actuales y comenzará a reducirse en la medida que las condiciones macroeconómicas vayan consolidando la convergencia de la inflación hacia 3%.
Para la TPM, esta trayectoria es similar a la que se deduce de las encuestas disponibles al cierre estadístico de este IPoM.
Dinamismo externo
El escenario externo ha continuado mejorando a lo largo de los últimos trimestres. Por un lado, los datos de crecimiento y sus proyecciones muestran que se han ido consolidando las buenas noticias para la actividad en el mundo desarrollado.
Así, al desempeño que mostraba EE.UU. desde hace ya un tiempo, se han ido sumando mejores cifras en la Eurozona y Japón. En el mundo emergente, China tuvo mejores resultados que los previstos en el 2017, pudiendo, hasta ahora, manejar de buena manera la transición de su estructura económica y las debilidades de su sector financiero. América Latina, que se veía más retrasada en el proceso de recuperación, muestra también mejores indicadores en el margen y se siguen esperando crecimientos mayores para este año.
En las economías desarrolladas, el mejor desempeño económico ha llevado a sus bancos centrales a reducir, en distintos grados, la expansividad de sus políticas monetarias. Pese a los riesgos asociados, esto ha ocurrido sin mayores tensiones en los mercados financieros globales. De hecho, en EE.UU., las expectativas de mercado que se recogen de los precios financieros han ido aproximándose paulatinamente a la trayectoria anunciada por la Reserva Federal —que mostraba una salida más rápida— e indican que este año la tasa de referencia subirá al
menos tres veces. Las tasas de interés de largo plazo han tenido alzas relevantes en EE.UU. y la Eurozona sin generar mayores inconvenientes.
Fuente: Estrategia