Antes del conflicto laboral que se extendió por más de 30 días, como Alcaldía Ciudadana veníamos trabajando en el marco de la Asociación de Ciudades Puerto, del Consejo por el desarrollo del borde costero integrado y el Concejo Municipal, la importancia de profundizar el debate sobre el nuevo modelo de desarrollo portuario para Valparaíso y el país.
Creemos que ningún actor podría señalar que lo que ocurrió en Valparaíso lo tomó por sorpresa. Tales niveles de precarización laboral en algún momento se iban a traducir en el tipo de conflicto que se generó. Trabajadores sin ninguna estabilidad, con bajos ingresos, sin derechos sociales, trabajadoras sin fuero maternal, entre otras consecuencias en la vida de cientos de familias son claros indicadores que algo funciona mal en el país y en el modelo portuario, fiel reflejo de la sociedad neoliberal en la convivimos.
Más allá de los errores, si el conflicto se pudo terminar antes o si un concesionario pesa más que el propio Estado, materias a debatir para sacar las correspondientes lecciones, hoy se abre una oportunidad de avanzar en un debate de carácter estratégico. Debemos avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo portuario que responda por un lado a las exigencias del siglo 21, pero también al conjunto de visiones y vocaciones que legítimamente conviven en un territorio.
Como resultado del diálogo que hemos generado con un conjunto de actores creemos que es fundamental un nuevo marco legal e institucional que permita que los puertos se relacionen de una forma más justa y sostenible con las ciudades en que se encuentran ubicados, principalmente a través de una tributación que favorezca a dichas ciudades (ley Valparaíso); que viabilice la inclusión de las autoridades locales en los directorios de las empresas estatales; que permita la apertura de la discusión tanto del modelo de concesiones como de los contratos vigentes; que se base en relaciones laborales con justicia y dignidad y que recupere el rol dinamizador de las comunidades y trabajadores en la actividad portuaria así como el de los gremios y las universidades, todo ello vinculado a la constitución de una nueva institucionalidad marítimo portuaria, que refleje la real importancia del mar y la costa para nuestro desarrollo social, económico y cultural.
Entre los compromisos asumidos por el gobierno con los trabajadores está el de instalar una mesa de trabajo que permita avanzar en esa dirección. Es una buena noticia porque sintetiza el anhelo genuino de varios municipios a lo largo de todo Chile que ven cómo la actividad portuaria no logra integrarse al necesario desarrollo y crecimiento de ciudades que requieren por un lado mayores ingresos y por otro, control efectivo de lo que ocurre en sus territorios.
El conflicto portuario nos dio una gran lección por más que se haya intentado proyectar normalidad cuando no la existía. El desarrollo portuario no puede ser a espaldas de la ciudad y por lo tanto de quienes la habitan. Valparaíso requiere un nuevo puerto y una nueva infraestructura para toda la cadena logística, que viabilice la necesaria expansión portuaria y permita que los y las trabajadoras, habitantes y las distintas vocaciones económicas de la ciudad se desarrollen de manera armónica. Este es el desafío que tenemos por delante.
Fuente: El Mercurio Valparaíso