La Haya: Chile dijo que no tiene obligación de negociar con Bolivia y pidió a la Corte que actúe conforme a derecho

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Con la exposición del agente Claudio Grossman, se produjo hoy el cierre de la argumentación chilena ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya y, el término de la fase de alegatos orales ante el tribunal, en los que Chile reiteró que no tiene la obligación de negociar con Bolivia y pidió que la CIJ actúe en conforme a derecho.

Grossman acusó a Bolivia de presentar un caso de «hipérbole y distorsión» y sostuvo que Chile rechaza las caracterizaciones que el equipo boliviano han realizado del país. «Chile ha sido y sigue siendo un vecino que coopera y es amable» planteó.

El agente reiteró la idea que la causa boliviana ha ido cambiando con el transcurso del tiempo y que «no es una causa que verse sobre un resultado predeterminado» y que «la demanda de Bolivia busca un resultado vinculante».

«Chile se encuentra perplejo al enterarse por Bolivia de que existen resoluciones de la OEA con los que no estaría cumpliendo» planteó Grossman, quien además dijo que «la cosa es clara. Bolivia sabe que no tiene apoyo» y que las aspiraciones existieron en la OEA sólo porque «Bolivia tenía el derecho unilateral de ponerla ahí».

Grossman además reiteró que Chile coopera con Bolivia y dijo que Chile «no es el carcelero» del país altiplánico. «Estas palabras nos ofenden nacional, profesional y personalmente» planteó .

Además el agente chileno sostuvo que «no hay un muro» con dicha nación y, relató el tránsito comercial de Bolivia a través de puertos chilenos. «Bolivia ha dicho que Chile tiene la llave para el desarrollo de Bolivia. Chile no tiene la llave, los dos estados cooperan en el marco de un tratado que ya tiene 100 años».

«Chile se presenta ante ustedes con la expectativa de que este caso que en el fondo afecta la soberanía de Chile, se resuelva según el derecho internacional, Chile nunca ha tenido la obligación de negociar un acceso soberano y eso sigue hasta la actualidad» dijo Grossman.
El agente culminó su exposición solicitando a la Corte que desestime los requerimientos del Estado Plurinacional de Bolivia.

Fue el abogado Harold Koh quien abrió la jornada y sostuvo que «los alegatos del lunes nos demuestran que Bolivia ha fracasado completamente en demostrar los conceptos para poder prevalecer, es decir que existía un compromiso, una obligación».

En respuesta a la argumentación boliviana del lunes, Koh, planteó que «el profesor Akhavan (abogado representante de Bolivia) de nuevo se refirió a la inexistencia de un momento mágico en que se inició la obligación de negociar».

El jurista además dijo que «hay toda una serie de propuestas específicas a cada episodio y ninguna de ellas pretende que haya continuidad», respecto de los dichos bolivianos sobre que las notas diplomáticas y comunicaciones entre ambos países significarían un proceso.

Koh en su exposición, planteó que Bolivia «nunca ha explicado qué significa un acceso soberano» al Océano Pacífico y comparó el razonamiento boliviano con «un partido de tenis» en que «uno mira para un lado y mira para el otro para entender las acciones».

El jurista, además dijo que Bolivia ha buscado una serie de razonamientos para su argumentación y planteó que Bolivia no puso sobre la mesa, antes de acudir a la Corte, todas las soluciones que dice tener sobre el tema. «Bolivia se imagina que su acción facilita la democracia y la acción bilateral. La judicialización de la diplomacia daña la diplomacia misma» concluyó el jurista.

Posteriormente, el jurista francés Jean Marc Thouvenin planteó en el cierre de los alegatos chilenos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, que los alegatos de Bolivia son contradictorios y recordó que fue dicho país el que rompió las relaciones diplomáticas con Chile.

«Lo que Bolivia pide es que Chile ceda soberania territorial sin estar obligado por derecho» dijo el jurista, quien indicó que «nadie aquí ignora que el acceso soberano al mar es el objetivo que Bolivia persigue. Pretender que ese es el objetivo de Chile es absurdo, Chile persigue sus propios intereses» dijo.

En su argumentación, Thouvenin dijo que Bolivia ha planteado diversos requerimientos, que van desde sentarse a negociar, hasta exigir territorio soberano chileno.

El abogado además, se refirió a la tesis boliviana de que, la serie de notas y comunicaciones diplomáticas constituirían una obligación contraída por Chile. Para el jurista, dicha acumulación no es «una varita mágica jurídica».

El abogado inglés Sam Wordsworth abordó en su argumentación ante La Haya, en el cierre de los alegatos chilenos ante la Corte Internacional de Justicia, que si bien, existieron las comunicaciones y notas diplomáticas entre Chile y Bolivia, estas no constituyeron un tratado ni una obligación de negociar y que, las diversas tratativas, fracasaron por culpa de Bolivia.

«La promesa fue que Chile estaba dispuesto a escuchar las propuestas de Bolivia en cuanto a sus aspiraciones portuarias nada más y, hubiera esta dispuesta en 1950, pero Bolivia decidió no presentar sus propuestas», dijo Wordsworth.
El abogado del equipo chileno, además planteó que en 1950 «Chile simplemente dijo que estaba dispuesto a negociar las satisfacciones del pueblo boliviano y los intereses de Chile, esa redacción no habla de obligarse a nada» y agregó que entonces, no hubo respuesta de Bolivia.

Sobre Charaña, en tanto, el jurista dijo que «la redacción real de 1975 fue totalmente distinta y no compatible con la redacción de 1950» y que Bolivia no ratificó la declaración conjunta, «por lo que no es un tratado».

«Bolivia puso fin definitivo al proceso de Charaña y cortó las relaciones diplomáticas. Si hubiera obligación de negociar, esta hubiera quedado ya cumplida (…) en cuanto a lo que ocurrió después de Charaña, Chile dijo que estaba dispuesta a negociar en base al intercambio territorial, pero Bolivia ni siquiera una vez ha dicho que negociaría en base a lo anterior» planteó Wordsworth.

El abogado postuló que «en distintas ocasiones, Chile ha estado dispuesto a entrar en negociaciones, en particular en 1950 y en 1975 y, en ambas ocasiones ha fracasado por Bolivia».

La jurista argentina Mónica Pinto tuvo la labor en la exposición chilena ante la Corte Internacional de Justicia, por la demanda boliviana, de atacar el argumento boliviano relativo a las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Pinto dijo que «Bolivia reconocía en su réplica que la asamblea (general de la OEA) no puede obligar a los estados miembros a adoptar un estado específico de conducta» y planteó que las resoluciones del organismo no tienen «efecto jurídico vinculante».

«Bolivia confunde efecto jurídico con efecto jurídico vinculante» dijo la trasandina, quien además planteó que «una cosa es examinar una resolución de buena fe y Bolivia no ha demostrado que Chile haya faltado a este deber» dijo la abogada.

La abogada dijo que «no existe nada en las resoluciones de la OEA que genere una obligación de negociar» y agregó que «Bolivia no podrá probar la existencia de una obligación de negociar una salida soberana al mar».

Pinto argumentó que en las resoluciones del organismo menciona la existencia de un diferendo o una disputa y que no hay en ellas tampoco una recomendación para iniciar una negociación, ni una mención del carácter soberano del acceso al mar.

«Ni Bolivia ni la OEA consideraban que las resoluciones hubieran generado la obligación de negociar con Bolivia», señaló la jurista argentina.

El abogado inglés Sir Daniel Bethlehem fue el encargado de cerrar las exposiciones de los abogados del equipo chileno ante la Corte Internacional de Justicia y, planteó que «Chile no acepta la visión de la historia de Bolivia, es parcial e interesada».

El jurista además dijo que Chile «no se avergüenza de fundamentarse en el derecho y la justicia entre las partes hará que un fallo se base en la ley y el derecho».

El abogado, además citó el mensaje por Twitter de Evo Morales donde planteó que Antofagasta es boliviana y postuló que Bolivia ha ido creando el caso ha medida en que este ha avanzado.

Además Bethlehem argumentó que los países no ingresan en negociaciones ni pensando en un resultado obligatorio, ni en que el debate se eternizará. Por ende, dijo el jurista, no hay un «patrón de conducta» que establezca que Chile tiene una obligación de negociar.

Con la exposición de hoy, Chile cerró la fase de alegatos orales del proceso judicial, con lo que sólo restará que la CIJ determine la sentencia del caso, para el cual no existe un plazo preestablecido, pero se estima, podría conocerse a fines de este año o comienzos de 2019.

 

Fuente: soychile.cl