El ojo del turista es el mejor evaluador. Si algo le gusta, lo difundirá y a la postre atraerá otros viajeros a los puertos y ciudades. Ese es parte del diagnóstico que hizo el empresario Claudio Nast, dueño y representante legal de la compañía Destination Management Chile (DMC), que por más de dos décadas se ha dedicado el negocio de los cruceros.
Durante la visita que autoridades locales y de Talcahuano hicieron a la feria de cruceros «Seatrade», la más grande a nivel internacional y que se desarrolló en Fort Lauderdale (Estados Unidos), tuvieron la oportunidad de reunirse con Nast, quien analizó la situación actual de esta industria en el país y cómo la comuna puerto se puede reinsertar en el circuito, que fue uno de los objetivos de la participación en esa cita.
El ejecutivo afirmó que el negocio de cruceros, tal como se conoce hoy día, partió en 1996 y se ha desarrollado de una forma bastante positiva, porque en sí es una de las más beneficioso desde el punto de vista turístico y a su vez económico para la región en que se instala.
EXPANSIÓN
Esto se da, explicó, porque es una empresa de volumen, es como si un hotel flotante llegara a un lugar a través de un puerto, que expande su economía por medio de una organización que hacen los tour operadores, que es el 40% del barco, y el 60% restante sale por su cuenta, ya sea por medio de un programa obtenido por Internet, por un ejecutante local o porque toma un taxi, camina, va un supermercado o un mall.
Por ende «la industria de crucero es muy positiva y se ha desarrollado muy bien desde el lado de la atracción que tiene el Cono Sur, porque los hitos clave, como navegar por el Cabo de Hornos o el Estrecho de Magallanes, fue lo que atrajo a esta industria alguna vez. Esa está influida por el concepto de exploración, es decir, no es un destino recreativo como es el Caribe o Brasil que tiene sus playas. Aquí se vende la exploración de la naturaleza más remota».
Nast afirmó que desde ese aspecto se ha impulsado muy bien. Pero, reconoció que ha habido altos y bajos. En el 2010 parte del negocio se retiró por los altos costos que Chile cobraba por ingresar a su mar y por las restricciones de sus casinos. Sin embargo, aseveró, eso se fue manejando de a poco, con un cambio en las leyes.
Cree que el país entendió que era beneficioso aplicar modificaciones y hoy se está reinstaurando. En ese sentido, desde el punto de la legislación, estima que Chile está mejor a cinco o seis años atrás, porque aparte de las normativas hay que considerar que se han hecho muchos esfuerzos por traer los cruceros de regreso. Para eso, apuntó, fue necesario cambiar algunos preceptos para favorecer a esta empresa.
Además, remarcó que el resto de la región es muy importante. Por ejemplo, si Argentina no maneja las mismas condiciones o se pone difícil «nos afecta directamente a nosotros, porque Chile no se vende solo, lo hace junto al país vecino. Lo mismo con Brasil, si coloca trabas repercute al resto. Entonces, Chile, pienso, ha hecho en buen trabajo y está comprendiendo desde todo aspecto que la industria de cruceros es beneficiosa y hay que cuidarla».
OTRO PASAJERO
El ejecutivo también se refirió al tipo de pasajero que llega al país, el cual ha cambiado en 20 años. En los primeros 5 años, el promedio de edad del viajero era de 70 y hoy está en los 55, además de que ahora hay más gente joven y familias que están utilizando este servicio porque se ha hecho más asequible, puesto que los precios han bajado mucho. «La gente que viene a bordo también puede hacer cosas distintas, es más activa. Por ejemplo, vendemos excursiones que tienen que ver con descensos en ríos, pesca, canopy, kayak, paseos a caballo que no ofrecíamos. Antes había excursiones más exclusivas. Hoy la gente que viene tiene menos recursos económicos que antes, no obstante, está más interesada en salir a recorrer por su cuenta», explicó Nast.
Respecto a los organizados, que son a los que DMC atiende, prefieren durante el poco tiempo disponible, que son unas 8 horas, conocer lo más posible.
Hizo ver que Chile no puede focalizarse en un par de puertos, sino que la idea es que todos los terminales que cuenten con atractivos puedan recibir este beneficio. Dijo que es importante entender que lo que se necesita es poder ofrecer la accesibilidad a los puntos con más encanto, como son los volcanes, los lagos o los glaciares, que son los lugares de riqueza natural, pues «no tenemos una holgura cultural que sea reconocida mundialmente o que sea tan profunda porque tenemos 200 años de historia».
Nast, tras reunirse con los ejecutivos de Puerto Talcahuano, el alcalde y con Sernatur en Fort Lauderdale, dijo que ellos están muy interesados en lograr reinsertarse en la ruta marítima y harán todos los esfuerzos desde el punto de vista logístico para poder presentarse como un interesante destino.
Ahora, sostuvo que la Región debe prepararse, descubrir cuáles son sus verdaderos atractivos y que sean accesibles, pues se debe mostrar algo que no esté a más de 120 kilómetros a la redonda y que sea importante para los extranjeros. Junto a eso, que traiga beneficios para el visitante al momento de volver al barco, que luego difunda que valió la pena estar aquí, que valore que la nave haya pasado un día entero en el sector.
«No hay ningún otro evaluador más importante que el ojo del turista y si en su retina queda ese atractivo, lo transmitirá», cerró.
Fuente: El Sur
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