Han pasado más de siete meses desde que Donald Trump cumplió una de sus promesas de campaña y firmó para retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), y todavía no hay certezas de si los once países restantes están dispuestos a continuar con el acuerdo.
La semana pasada, altos funcionarios de Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam se reunieron en Sydney para discutir cómo reactivar el pacto comercial que viene tramitándose desde febrero de 2016. Uno de los principales desafíos que enfrentan los países miembros es si para continuar con el TPP, sin la primera economía mundial, deberán o no modificar el escrito original.
En el encuentro, que tuvo una duración de tres días, los once países restantes ratificaron su compromiso con el acuerdo, pero también hubo otros, como Vietnam y Malasia, que hicieron notar su postura a favor de archivar las cláusulas de propiedad intelectual en torno a los datos farmacéuticos. Este último, junto con los estándares de derecho laboral y ambiental, fueron puntos controversiales del acuerdo que se pusieron como requisitos para que así se puedan rebajar y/o eliminar los aranceles al comercio entre los países suscritos.
Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales UC, afirmó que «el desafío es cómo llevar el TPP sin alterar su contenido, pues eso significaría una renegociación que podría tomar años. Australia, Japón, Nueva Zelandia y Chile están en la línea de no reabrir la negociación. Mientras tanto, países como Vietnam o Malasia han expresado sus dudas, ya que hicieron importantes concesiones en materia de propiedad intelectual, laboral y ambiental, con la expectativa de tener un acceso preferente al mercado de Estados Unidos».
Según Felipe Lopeandia, jefe negociador del tratado por parte de la Direcon, «los beneficios comerciales son los mismos que en el proceso anterior, dado que, en lo sustantivo, el acuerdo es el mismo. Para Chile sigue habiendo beneficios en acceso a mercados con países que están en el TPP».
De aquí a 2030 el pacto comercial podría beneficiar a Chile con un incremento de 1,7% en la inversión en el extranjero y con un crecimiento sobre un 5% en las exportaciones. «Contribuirá a que más empresas chilenas abran operaciones y desarrollen negocios en el extranjero, debido a la existencia de reglas claras y un trato igualitario que dará este acuerdo», sostuvo Sahd.
Próxima reunión
Los países miembros se reunirán de nuevo este mes en Japón.
Fuente: El Mercurio