Un nuevo paso dará el puerto de San Antonio en el marco del proyecto de megapuerto que impulsa la empresa portuaria local (EPSA). Y es que se ratificó que, en el último trimestre de este año y tal como se había anunciado, se presentarán consultas ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) para conocer las condiciones que se establecerían ante una futura licitación del denominado Puerto de Gran Escala.
Un hecho que va en línea con las acciones concretadas por la estatal sanantonina en pos de albergar una infraestructura portuaria cuyo cronograma ha sido dilatado, pues las expectativas de crecimiento del comercio exterior cuando se proyectó -en el 2009- no son las mismas que existen actualmente. Es así que la determinación de dónde se ubicará el enclave, ya sea Valparaíso o San Antonio, ha sido postergada por años.
En ese contexto, la disyuntiva sigue abierta porque hasta ahora el Gobierno no ha oficializado ninguna determinación. Un anuncio que sin duda sería costoso en términos políticos, más todavía en un año electoral.
Lo cierto es que, a través de un comunicado, se informó que entre octubre y noviembre de este año se efectuarán estos trámites respecto al proyecto que supone una inversión de US$ 3.366 millones, de los cuales cerca de US$ 900 millones serán asumidos por el Estado, dejando el resto a capitales privados, a través de un proceso de licitación. En esa línea, el presidente de EPSA, José Luis Mardones, enfatizó que el ingreso del proyecto tanto al SEA como al TDLC, busca despejar los diversos alcances de índole legal y ambiental que supone una obra de esta envergadura y, con ello, dar certezas a los privados que eventualmente pudieran invertir en esta iniciativa. «Estamos diseñando una obra de infraestructura de clase mundial, con altos estándares de innovación», precisó.
El nuevo megapuerto o Puerto de Gran Escala (PGE) tendrá una capacidad de 6 millones de TEUs anuales, que se distribuirán en dos terminales semiautomáticos con capacidad para atender cuatro naves post panamax cada uno.
Estos se concesionarán por separado y, de acuerdo a sus objetivos, contarán con sistemas de grúas de última generación. Según los planes de la estatal, desde el punto de visto financiero, se prevé licitar la concesión del molo de abrigo en el 2019 y del primer terminal al año siguiente.
Esto va aparejado con otras obras como la construcción de un corredor multimodal que unirá Santiago con San Antonio y que permitirá la circulación de carros de doble stacking, con capacidad de 248 TEUs/tren. Se espera que por vía ferroviaria se transfiera el 40% de la carga del nuevo puerto. La inversión del corredor demandará US$ 1.052 millones.
Sobre la construcción del PGE se han realizado varios reparos, que tienen que ver con aspectos como la oportunidad y la concentración. Es decir, si es adecuado realizar una inversión de este tipo de acuerdo a los niveles de demanda que existen y si resulta recomendable levantar este nivel de infraestructura en un sólo lugar ante riesgos de todo tipo.
VALIDAN VENTAJAS DE UN PGE
El Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), entidad privada que reúne a diversos actores, validó la necesidad de contar con un Puerto de Gran Escala tras conocer la iniciativa de EPSA. El secretario ejecutivo de la agrupación, Carlos Cruz, recalcó que un proyecto de esta envergadura permitirá agilizar los flujos de comercio, lo cual debería acarrear una reducción de los costos de transacción del comercio exterior, incluyendo el de las exportaciones.
US$ 3.366 millones es la inversión que contempla la construcción del PGE en el puerto de San Antonio.
$ 9.500 millones ha invertido la empresa portuaria de San Antonio en los últimos tres años.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso