Poco más de 15 mil ejemplares conforman la población permanente de lobos marinos (común y fino) que habita las costas de la Región de Antofagasta.
Así lo indica un censo de la especie, realizado por la Universidad de Valparaíso, el cual además estima que en toda la zona norte del país (Arica y Parinacota a Coquimbo) existen entre 39 mil y 49 mil animales.
El estudio fue encargado a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, a través del Fondo de Investigación Pesquera y de Acuicultura (FIPA), dada la relevancia que tiene la especie para la protección de los ecosistemas hidrobiológicos. Todo esto en el marco del Programa Integral de Mitigación de la interacción entre pesca artesanal y lobos marino 2018-2019, que desarrolla la cartera.
Las conclusiones, entregadas hace pocos días, indican que en la costa chilena, de Arica y Parinacota a Aysén, la población total de lobos marinos asciende a 156 mil ejemplares.
En este territorio existen 216 loberas de lobo marino común, de las cuales 64 son reproductivas; y 31 loberas de lobo fino, 24 reproductivas.
En la zona norte, los principales puntos de reproducción están en Punta Lobos, Punta Piojo y en el sector Bandurrias del Sur, este último ubicado entre Punta Angamos y Punta Tetas en Mejillones.
Aquí, «la abundancia poblacional ha oscilado en los últimos 23 años entre 39 mil y 49 mil. Se observa un aumento en el número de loberas reproductivas (de 11 a 43) concentrándose el 70% de los nacimientos en Punta Lobos, Punta Piojo y Bandurrias del Sur. La población de la zona se comparte con Perú», indica la investigación universitaria.
El lobo marino está protegido por una veda que se extiende desde el 2013 y expira en enero del próximo año.
Doris Oliva, directora del Instituto de Biología de la U. de Valparaíso, dijo a El Mostrador que la investigación aporta información actualizada sobre la salud de la población y si es necesario, desde el punto de vista ecológico y técnico, prolongar la medida en el tiempo.
Expertos
Son 14.868 lobos marinos comunes y 588 los lobos finos que habitan en la región de Antofagasta, según el estudio.
Para el biólogo y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental de la UA, Carlos Guerra, la población de lobos marinos se ha mantenido a lo largo del tiempo, pese a que se especulaba que había crecido, lo que podía ser peligroso para la población por sus efectos en la pesca.
Según sus propios registros, el biólogo no observa un incremento significativo de la especie en los últimos 30 años. Más bien el número de estos mamíferos se habría mantenido.
«Existe un freno para un crecimiento de la población de lobos marinos, dado por la disponibilidad de alimentos. Se produce una sobreposición entre la demanda del recurso para alimentación de los lobos y los recursos de la actividad pesquera», puntualizó.
Sobre este tema, Ana García, bióloga e investigadora de la ONG Cifamac, enfatizó en que el ser humano es un «invitado» en el ecosistema marino, por ende -agrega- hay que aprender a convivir con los lobos de forma sustentable.
«Es cierto, los lobos marinos pueden dañar las redes de los pescadores y depredan las mismas presas que nosotros, pero hay que convivir en armonía con estos mamíferos. Hace falta invertir en metodologías o herramientas que ahuyenten a los lobos de las redes de pesca de manera no invasiva», sostuvo.
La investigadora considera que la población de estos mamíferos en la región no es elevada, teniendo en cuenta que existe una alta mortalidad por pesca incidental y por construcción marítima.
Depredador
En la región la mayor concentración de la especie se encuentra en la lobera Bandurria (Bandurrias del Sur en el estudio), ubicada en la península de Mejillones.
El lobo marino es una especie depredadora que regula la disponibilidad de presas en el mar. Otra de sus funciones es fertilizar con su cava el océano, entregando nutrientes para la producción primaria (algas).
Cuando un ejemplar muere, su esqueleto también fertiliza el fondo del mar, transformándose en alimento de jaibas y otros carroñeros.
Según Carlos Guerra, su presencia en el ecosistema es importante, pues al igual que la mayoría de los depredadores, usualmente cazan peces débiles o enfermos.
«Están constantemente limpiando sus presas, es decir, la población de anchovetas y jurel, aportando a la actividad pesquera en cuanto a la calidad de los recursos», dijo.
Ni Carlos Guerra ni Ana García son partidarios de levantar las medidas de protección a la especie, por considerar que es vulnerable.
Carlos, Guerra,, director
CREA
«La cantidad de estos mamíferos marinos se ha mantenido durante los últimos 30 años. Se especulaba que había crecido».
Ana, García,, investigadora
Cifamac
«La población de lobos marinos en la región no es elevada, debido a la pesca incidental y a la construcción marítima».
Fuente: El Mercurio de Antofagasta