«Pocas instituciones en el mundo tienen una continuidad de 104 años», señala el almirante (R) Miguel Ángel Vergara al hablar de la Liga Marítima, entidad que preside con orgullo y desde donde ha sido testigo privilegiado de la actualidad marítimo portuaria de la región.
En esa línea, el excomandante en jefe de la Armada se confiesa inquieto por Valparaíso y su futuro: «Lo veo con preocupación porque seguimos en la pelea chica. Nos damos vuelta y no llegamos a ninguna conclusión y ahí tenemos el resultado. San Antonio que tiene muchísimo menos potencialidad que nosotros, que somos Patrimonio de la Humanidad, y sin embargo ellos se llevaron los cruceros. Y lo hicieron porque están todos los actores de la ciudad en la misma línea, el alcalde, los concejales y la ciudadanía en general. Todos quieren que el puerto crezca y se desarrolle y están felices».
«En cambio acá -continúa- no digo que estén equivocados, porque todos los grupos tienen razones muy atendibles y ese no es el punto. Pero acá tenemos el Terminal Dos que lleva muchos años, en el caso del Mall Barón fue lo mismo y no se hizo, y ahora estamos con los cruceros. En fin, son puros problemas y la verdad es que si yo fuera empresario no me daría mucho entusiasmo venir a invertir a Valparaíso porque uno parte y no sabe cómo va a terminar».
-¿Qué le pareció el desenlace del Mall Barón? En un principio usted no estaba muy de acuerdo.
-En el caso del mall son dos puntos aparte. Desde un principio dije que me parecía raro poner un mall en un lugar que está destinado a desarrollo portuario, tomando en cuenta que el puerto no se puede mover mientras que un mall sí. Pero si se ganó una licitación legítima, siguió todos los pasos, lo autorizó la municipalidad, hizo todos los proyectos, respondió las observaciones y después de diez años que ha invertido le dicen que no por la línea del tren, entonces ¿qué certeza jurídica hay? A mí eso me parece una muy mala imagen de Valparaíso hacia el exterior y por eso estoy preocupado.
-Da la impresión que en Valparaíso cuesta mucho concretar proyectos, sobre todo de envergadura.
-Cuesta mucho porque no hay una unidad entre lo que piensa la ciudadanía, lo que piensa el puerto, las universidades, en fin. Y no veo que haya una instancia o un esfuerzo para solucionar eso, aunque hay una luz de esperanza. Es que ahora, tras la partida de los cruceros, finalmente se produjo una cierta unión entre los distintos actores que fueron a Miami y defendieron una posición. Ojalá que eso tenga algún efecto, pero eso se verá a mediano plazo porque la industria compromete sus temporadas con tres o cuatro años de anticipación. Si es que vuelven, pero al menos hay una luz.
-¿Esa meta común debería replicarse en otros ámbitos?
-Allí al menos se produjo una confluencia de voluntades y esa misma debiera seguir en todo lo que se refiere al desarrollo portuario. Aquí parece que hay una rivalidad entre el puerto, el patrimonio, la ciudad marítima, la universitaria. ¿Por qué no se sientan y dialogan?
-¿Falta sentarse a conversar?
-Hay que conversar, pero sin creerse dueño de la verdad, sino que estar dispuesto a flexibilizar las posiciones, pero que haya un consenso. Que en lo que se haga, todos estén de acuerdo.
-Esa parece que es una característica de los porteños… La falta de acuerdos.
-Parece que somos conflictivos. Por ejemplo, el proyecto de tren rápido. A mí me parece que si un consorcio quiere hacer un tren que se va a demorar 40 minutos y ellos van a poner los recursos, digo en hora buena. Pero ya ha aparecido gente que apunta al ruido… en fin siempre hay críticas. Evidentemente para hacer tortillas hay que quebrar huevos, o sea nada es gratis. Es claro que cualquier proyecto que se haga va a producir una cierta contaminación, va a afectar de alguna manera al patrimonio y a la ciudad, pero hay que considerar las cosas porque si no vamos a quedarnos en el pasado.
-Hace poco se tomó la decisión del mall y hay varias posiciones respecto a qué hacer en ese terreno. Una, por ejemplo, es mantener el uso netamente portuario y el otro es darle una utilidad mixta. ¿Qué piensa usted?
-Me inclino por lo portuario, pero no le pondría el apellido de «netamente». Ése es un sitio que pertenece a la Empresa Portuaria de Valparaíso, y dicho paño fue pensado y diseñado para la futura expansión del puerto en algún momento. Por eso que a mí me llamó la atención que se haya puesto un Mall. Yo no estaba de acuerdo, pero sí me molesta que después de más de diez años se haya dicho que no.
-¿Y qué debería hacerse allí?
-Creo que ese sector debería tener un destino esencialmente portuario o, al menos, relacionado con el ámbito marítimo. Porque allí también está el terminal de pasajeros, que -entre paréntesis- también está cuestionado por el fallo de la Corte Suprema que detuvo el mall. Se piensa hacer un terminal exclusivo para cruceros y en esa área también hay una marina deportiva. Creo que entre el terminal de pasajeros, el muelle de cruceros y el puerto deportivo hay un núcleo interesante para armonizar y dejarlo abierto al público, pero con una orientación esencialmente marítima. Ahora también, y lo digo con toda claridad, si finalmente hay que sentarse a dialogar, a conversar, pienso que evidentemente la última palabra la tiene que tener la empresa portuaria porque ese es un terreno que siempre ha tenido el carácter portuario. No me parece la idea de sacárselo al puerto y destinarlo a otro uso, creo que está bien que tenga un uso portuario y que sea la EPV la que tome la decisión, coordinando con todo el mundo.
-El gobierno entrante deberá tomar muchas decisiones en el ámbito portuario en Valparaíso. ¿Cómo aprecia esa situación?
-Al menos se tomó la decisión de hacer el Puerto de Gran Escala en San Antonio, aunque pienso que quizás pudo haberse discutido más, pero en fin ya se decidió. Ahora no nos engañemos porque respecto a ese tema lo que el Gobierno autorizó es que se avance, se hagan estudios pero pienso que no es la última palabra. Va bien encaminado y lo más importante es que hay voluntad de la ciudad. También va a tener que decidir lo del paño Barón, el Terminal Dos, el muelle de cruceros y también con el terminal en Yolanda para el futuro crecimiento del puerto. En definitiva hay varios puntos.
-¿Cuál es la prioridad para usted?
-Para mí la prioridad uno para sacar adelante es el Terminal Dos. Lleva varios años en un proceso similar al del Mall Barón. Se licitó, hubo un ganador, se inició el proceso de evaluación ambiental en que han surgido observaciones, se contestaron, después surgieron otras trabas, también se respondió y ahora estamos en la tercera; y también se puede judicializar. ¿Por qué no hacemos una buena ley? Pienso que tras todo lo que se ha demorado, sería bueno que ese proyecto se iniciara. Ahora hay aprensiones de algunos grupos y en particular sobre el tema de la vista.
-¿Y qué piensa de ese punto en particular?
-Yo no digo que no tengan razón en el sentido de que ojalá hubiera una vista preciosa y que todo el mundo mirara al bahía, pero finalmente el puerto está allí antes que la ciudad, y ésta se mueve con el puerto. Siempre se ha dicho que Valparaíso es un anfiteatro y siendo objetivo, y no digo que no sea lindo tener una bonita vista, pero veo la Avenida Altamirano que es un precioso camino y casi nunca veo gente paseando por el borde costero, en el paseo Wheelwright tampoco, por eso no percibo esa sensación de algunas personas de que la vista es una cuestión grave. Me parece que si a la ciudadanía le gustara tanto el mar estos lugares estarían llenos de gente.
– Al principio las ciudades querían tener puertos y después parece que quieren que se alejen.
-Así es y lo mismo pasa con los aeropuertos. La ciudad nació alrededor del puerto. Lo que pasa es que antes la economía funcionaba mayoritariamente centrada en él. Los buques llegaban, movía el comercio y el turismo, y todo el mundo tenía parientes trabajando allí. Ahora igual se da, pero en una escala mucho menor porque hay otras actividades que han hecho que el puerto pierda esa relevancia.
-¿Está de acuerdo con una modificación a la Ley de Puertos para que un porcentaje de las ganancias de la actividad queden en las ciudades que los albergan?
-En ese sentido estoy totalmente de acuerdo con lo que están haciendo los alcaldes porque creo que es natural. El puerto es bueno, necesario y estoy de acuerdo que se desarrolle, pero claro, la ciudad se lleva todos los inconvenientes y cero peso. Tampoco se pretende que todos los ingresos sean para Valparaíso, pero creo que las ciudades puerto dado el inconveniente que presenta el movimiento de la carga, la contaminación, etc., es lógico pensar que un porcentaje de los beneficios queden en la ciudad, y ojalá que eso siga adelante. Dentro de las situaciones críticas que debe resolver este Gobierno para mí el Terminal Dos es prioridad, pese a que soy consciente de que existe oposición, y lo otro que las ciudades puerto, por el costo que significa un puerto, tengan algún beneficio.
-¿Eso puede ser un incentivo que pueda estimular el crecimiento portuario?
-Creo que sí, pero de repente el deseo de la gente por el paisaje y el mar hace perder de vista otras cosas. El mall y el Terminal Dos eran fuentes de trabajo para una ciudad deprimida. Claro ese podría ser un incentivo para que el puerto sea más querido, aunque sea por interés.
-Se habla de ocho sitios en San Antonio con el PGE, ¿es bueno poner todos los huevos en la misma canasta?
-Por supuesto que no. Primero, es mucho más lógico hablar de región logística de gran escala. A mí me parece bien que en la ley se dispusiera la competencia entre los puertos, e incluso, al interior de ellos con los terminales porque eso abarata costos. Pero echo de menos la existencia de alguna autoridad nacional dedicada a los puertos que tenga una visión global de ellos. Creo que Valparaíso y San Antonio no pueden ser pura competencia, alguien tiene que tener un plan estratégico y decir, por ejemplo, «Valparaíso va a ser un puerto de pasajeros o de carga general»… En fin, hacer una distribución. Pero si ponen ocho sitios grandes en San Antonio y acá todavía estamos con problemas con el Terminal Dos, Yolanda no sale y el muelle de cruceros está pendiente, evidentemente que Valparaíso muere.
-Entonces, ¿qué sería lo conveniente?
-Sinceramente creo que tiene que haber una suerte de equilibrio y hacerlo espaciado. Que San Antonio haga cuatro sitios, que en Valparaíso se concrete el Terminal Dos y se avance en Yolanda. Y después sigamos adelante, dependiendo de la demanda comercial.
-También se ha mencionado el tema de tener opciones en caso de catástrofe como terremotos y tsunamis.
-Así es y además hay que tener en consideración el tema de las huelgas ¿Qué pasa si San Antonio tiene ocho sitios y hay paralización allá? Acá si bien en el tema de los cruceros la pasión se los comió y no tomaron decisiones muy felices, la trayectoria de los trabajadores portuarios de Valparaíso ha sido bastante más responsable y más seria que en San Antonio. Muchas veces allá estaban en huelga y la carga venía para acá. Ahora están bien, pero nadie sabe lo que va a pasar en unos años más.
-Una vez el ex intendente Aldoney dijo que Valparaíso era como un camión tirado por mil cuerdas, ¿concuerda con esa apreciación?
-Yo creo que es peor. Pienso que está tirado por mil cuerdas, pero todas en sentido contrario, por lo cual no avanza. Todos tiran para su lado y no hay acuerdos. El intendente Aldoney tenía una visión muy clara al respecto.
-¿Qué piensa de la nueva autoridad el intendente Jorge Martínez? Anunció la creación de una instancia permanente para discutir los temas portuarios.
-Es un hombre de la región con una trayectoria académica extensa y creo que conoce los problemas. Su idea me parece muy buena.
-¿Está de acuerdo con un Ministerio del Mar?
-No estoy de acuerdo. Existen problemas en el sector marítimo, hay muchos organismos dedicados a ese ámbito y a veces hay descoordinaciones y duplicidad, pero tengo serias aprensiones de que la solución sea un Ministerio del Mar. Pienso que podría originar mayor burocracia que otra cosa.
-¿Y cuál podría ser la solución para coordinar a todos los actores?
-Pienso que podría pensarse en una secretaría general o algo así. En los últimos días del gobierno anterior se lanzó en La Moneda la Política Marítima Nacional, lo que me parece muy interesante. No es muy detallada pero las líneas generales están, y están bien. Ella se delineó en un consejo donde estaban los ministros de Relaciones Exteriores, de Economía, Medio Ambiente y Defensa. Ellos cuatro trabajaron con sus respectivos organismos y sacaron esta Política Marítima. Pienso que ese mismo organismo podría ser un buen núcleo para este organismo que coordinaría los problemas que efectivamente hay en el sector marítimo. A mí un Ministerio del Mar me asusta.
-Como presidente de la Liga Marítima, ud. ha planteado la necesidad que el carácter marítimo del país quede patente en la Constitución.
-En nuestra Constitución no hay ni una palabra relacionada con el mar y eso es realmente sorprendente. Nosotros estamos, como Liga Marítima, tratando de que a futuro -si se reforma la Constitución- al menos en un párrafo se ponga que somos un país marítimo. Además, tenemos que darle alguna facilidad a la gente. Acá en la región, por ejemplo, no hay sitio en ninguna parte para una persona que tenga una embarcación. No hay un lugar público donde bajarlo.
«Veo (a Valparaíso) con preocupación porque seguimos en la pelea chica. Nos damos vuelta sin llegar a ninguna conclusión y ahí está el resultado»»
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«Estoy totalmente de acuerdo con lo que están haciendo los alcaldes (…) El puerto es bueno, necesario y estoy de acuerdo que se desarrolle pero claro, la ciudad se lleva todos los inconvenientes y cero peso»»
UN MONUMENTO OLVIDADO
Junto con destacar la serie de actividades que tiene la Liga Marítima este año como ser punta de lanza de un clúster marítimo iberoamericano y uno de los organizadores de un desfile de bandas militares en diciembre (tattoo), el almirante (R) Vergara quiere recuperar el monumento a la mujer del hombre de mar que se ubica en el sector de Yolanda. «Cuando la liga marítima cumplió 100 años se inauguró el monumento en la Plaza Carmela Carvajal de Prat. Nuestra aspiración es que sea un ícono de la ciudad, una atracción turística y que tenga una mayor relevancia, que el público lo conozca», comenta el ex comandante en jefe de la Armada. Como primer paso, la Liga repondrá la placa del monumento que fue robada. «Hoy queremos revitalizarlo, ponerlo en el circuito turístico y que sea reconocido», remarca.
«Si ponen ocho sitios grandes en San Antonio y acá todavía estamos con problemas con el Terminal Dos, Yolanda no sale y el muelle de cruceros está pendiente, evidentemente que Valparaíso muere»»
Fuente: El Mercurio de Valparaíso