MOP licitará concesiones en 2do semestre por US$ 2.204 millones

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En medio de un escenario de preocupación por la debilidad de la economía chilena, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, decidió dar una «señal económica» -como reconoce- relacionada con la activación de las nuevas licitaciones en materia de concesiones de infraestructura que el gobierno tenía en carpeta. Se trata de siete planes por US$ 2.204 millones, los que se adjudicarían en su mayoría a más tardar en marzo de 2017 y que, según Undurraga, ayudarán a la generación de puestos de trabajo -relacionados con ingenierías en una primera fase- e impulsarán inversiones tanto ligadas a las mismas obras como vinculadas a iniciativas cercanas de privados que estaban esperando estos anuncios.

La cifra es relevante, considerando que hace unas semanas la Coordinación de Concesiones había señalado que entre este año y marzo de 2018 se iban a licitar iniciativas por US$ 4.088 millones. En 2014, la inversión adjudicada en licitaciones -como el aeropuerto de Santiago- fue de US$ 1.100 millones, mientras que en 2015 ascendió a US$ 1.582 millones, con obras como el embalse Punilla, mejoramiento de carreteras y el túnel El Melón. El promedio anual es de US$ 729 millones en el lapso 1992-2015.

-En el actual contexto, de desalentadoras cifras de empleo y crecimiento, ¿cuáles son los proyectos que tienen definido poner en marcha de aquí a fin de año para empujar la actividad?

«Yo separaría lo que tiene que ver con recursos públicos que están enmarcados en el Presupuesto. En este año, al 30 de junio llevamos un punto más sobre el año pasado en ejecución, con 42,7%, y eso significa inyectarle más rápido los recursos a la economía. El presupuesto del ministerio en inversión directa es de $1,5 billones ($1.513.812.978.000, o US$ 2.270 millones, tipo de cambio actual); sin embargo, en convenios con otros mandantes, sumamos casi $500 mil millones, un tercio adicional. Son recursos de gobiernos regionales, de deportes, salud y Carabineros».

-En concesiones, ¿cómo viene el panorama para el segundo semestre, especialmente en este contexto económico?

«Para el segundo semestre se ve muy auspicioso en generación de nuevas concesiones. Las licitaciones que empezarán este segundo semestre son la Ruta Nahuelbuta, que son US$ 254 millones, entre Angol y Los Ángeles; Américo Vespucio Oriente, US$ 800 millones, entre Príncipe de Gales y avenida Grecia; Teleférico Bicentenario, US$ 80 millones; Rutas del Loa, por US$ 200 millones, que es una licitación que se otorgó en su momento, pero hubo que sancionar a la empresa, quitándole la concesión por incumplimiento. Se suma el Aeropuerto El Tepual, más Castro, con US$ 45 millones; el Camino de la Fruta, por US$ 600 millones, que incluye la Variante Melipilla, que falló tres veces su licitación, y ahora la estamos incluyendo en un paquete. Junto con ello, la Ruta 5 Los Vilos-La Serena, más la conurbación Coquimbo-La Serena (US$ 225 millones)».

«Vespucio Oriente está en la Contraloría, y esperamos que a fines de mes o en agosto se haga el llamado».

-¿Se decidió apurar el cronograma de concesiones?

«Es el programa que teníamos. Estamos dando la señal económica de cuándo empieza».

-¿Ve ánimo en el sector privado para asumir este desafío?

«Absolutamente. Totalmente. Además, con las adjudicaciones se generan un conjunto de inversiones adicionales, porque el privado está esperando, por ejemplo, que la Carretera de la Fruta funcione para invertir, o requiere el teleférico para invertir».

-¿Siente que el MOP es una pieza clave en estas circunstancias de menor dinamismo para apuntalar la economía?

«El MOP tiene tres roles en la economía, muy nítidos. El primero es la generación de inversión pública, lo que significa la activación del sector de la construcción y el empleo. El segundo rol es construir infraestructura para que el país sea desarrollado. El tercero, a través del sistema de concesiones, es generar climas crecientes de confianzas con el sector privado para que inviertan en Chile».

«Hemos querido, además, enfrentar cosas estructurales para que el desarrollo de las obras públicas sea continuo y no tenga bajones al inicio de los gobiernos. Esto es, crear la Dirección General de Concesiones y el Fondo de Infraestructura, que lo discutiremos inmediatamente después de que se despache de la Comisión de Obras Públicas del Senado la Ley de APR (Agua Potable Rural), que debería ser en agosto».

«En el Estado la planificación de las obras públicas está pensada en las próximas elecciones. Nos hemos autoimpuesto que todos los años se presente un plan a cinco años plazo. Esto ocurre en otros países, en el sector sanitario y el eléctrico. Para poder mantener un ritmo de US$ 2 mil millones anuales en concesiones necesitamos desacoplarnos del ciclo político».

-¿Cuál será su postura para 2017 en este aspecto?

«Es práctica de buen gobierno tener la discusión presupuestaria al interior del gobierno. Si la situación económica del país y los mayores gastos en educación le generan una restricción al presupuesto directo, siempre hay posibilidades de aumentarlo vía mandatos, pero sobre todo por la vía de concesiones».

-¿Pero habrá obras de arrastre que deben mantenerse con fondos públicos?

«Todas las obras que se están realizando hoy por definición siguen el próximo año. Eso es parte del control presupuestario que hace un país serio».

 

 

Fuente: El Mercurio