Las expectativas de la Empresa Portuaria de Valparaíso son que el proyecto de nuevo frente de atraque Terminal 2 obtenga su Resolución de Calificación Ambiental «a más tardar en octubre», comentó ayer su gerente general, Gonzalo Davagnino.
La empresa constructora Terminal Cerros de Valparaíso, del grupo OHL, ya puso sobre la mesa las medidas con que intenta superar la resistencia que enfrenta la inversión de US$ 500 millones para construir la megainfraestructura portuaria, la que permitirá atender simultáneamente dos buques post Panamax. La obra tendrá impactos «altos, permanentes e irreversibles» en el sitio declarado Patrimonio de la Humanidad, según consigna en su expediente de tramitación ambiental el Consejo de Monumentos Nacionales, replicando las conclusiones del estudio patrimonial de Chile para la Unesco.
En el marco de la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental, OHL propuso 11 medidas de compensación y tres de mitigación. Entre ellas, el rescate de restos náufragos del siglo XIX ubicados en el lecho submarino que ocupará, construir una pasarela en altura sobre calle Edwards, que conecte el muelle Prat con los paseos costeros; restaurar el ascensor Lecheros, hoy en desuso, y un plan preventivo de incendios para proteger 10 inmuebles y cuatro barrios patrimoniales.
Ya en su fase final, el proyecto agudiza la polémica en Valparaíso y el concejo municipal está dividido en dos mitades iguales, entre partidarios y detractores, destaca el concejal Carlos Bannen. Entre los últimos está el presidente de la Comisión de Desarrollo Patrimonial, Daniel Morales.
«Las compensaciones y mitigaciones dejan en evidencia su pobreza en relación a la magnitud del impacto del proyecto», reclama Morales, alineado con la postura crítica del alcalde Jorge Sharp. «Si de verdad OHL estuviera comprometido con la ciudad, cambiaría el diseño del nuevo terminal por otro más amable con la ciudad, aunque le implicara atrasarse un año más. Hay disponible uno efectuado por la U. Católica de Valparaíso que es espectacular», arguyó.
En la otra vereda está el ex alcalde de Valparaíso Jorge Castro, quien destacó que el plan recoge uno de los ejes de las medidas compensatorias que planteó su gestión. «Compromete importantes recursos anuales que permitan financiar la institución a cargo de la gestión del sitio Unesco. Es una acción concreta que nunca habíamos tenido y se debe concretar», adujo.
Eso sí, la medida en cuestión no precisa cifras. Pero Castro también destaca que fueron acogidos la construcción de un nuevo mirador en cerro Toro y la restauración de otro en el sector de Pezoa Véliz.
La petición original del municipio incluía reconstruir el ascensor Esmeralda, que unía plaza Aníbal Pinto y el paseo Atkinson. En tanto que el Consejo de Monumentos exigía un cronograma de inversiones para recuperar ascensores y trolebuses, entre otros proyectos, en los 30 años que dura la concesión. El alcalde Jorge Sharp declinó ayer pronunciarse sobre el tema.
»Con esto cambia la relación entre puerto y ciudad. Hay que activar la corporación público privada a cargo del sitio patrimonial». JORGE CASTRO, EX ALCALDE
»El estatus de Patrimonio de la Humanidad sigue en riesgo. Unesco no ha dicho la última palabra y este plan no cambia nada». DANIEL MORALES, CONCEJAL
Fuente: El Mercurio