Preocupante atraso en proyecto para proteger la avenida Perú

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María Adela Baeza, presidenta de la Junta de Vecinos N° 55 Casino y residente de la avenida Perú, dice que aunque no haya alerta de marejadas, ellos sienten los embates de las olas en las noches. «Uno está en la cama y siente cómo se mueve cuando revientan las olas, eso antes no pasaba», afirma.

El oleaje ha ido erosionando el borde costero y provocando, con las alertas de marejadas de mayor intensidad, inundación de estacionamientos, pérdida de los vehículos de los vecinos y de sus enseres en las bodegas, y la destrucción de los jardines.

Un complicado panorama que viven los residentes de esta turística arteria viñamarina, que desde agosto del 2015, cuando se produjo el evento más extremo hasta el momento, han sido víctima de las marejadas.

Algunos vecinos que tenían su segunda vivienda en la zona ya dejaron de acudir a sus departamentos, sobre todo en los primeros pisos, que sufrieron los mayores daños con la entrada del agua y escombros en los sucesivos eventos del 2016 y 2017.

Muchos de los residentes de estos edificios viven hace décadas en el sector y están preocupados por sus viviendas. «Nosotros pagamos altas contribuciones. ¿Quién va a querer comprar acá en avenida Perú en la situación en que estamos?», comenta la dirigente.

Tampoco hay una organización comunitaria que les informe y les permita organizarse cuando la Armada emite las alertas. «Hay mucha desinformación y sabemos que se necesita una mayor coordinación de los vecinos, pero nos sentimos abandonados», dice la dirigenta.

Hasta el momento, cuando hay una alerta de marejadas como la emitida para esta semana, las autoridades informan el corte de la avenida Perú y mantiene un patrullaje en la zona si es necesario.

Sin embargo, los residentes de los edificios aseguran que no reciben ningún tipo de apoyo. «Una vez la municipalidad nos pasó unos sacos de arena, pero fue para un edificio solamente», dice María Adela Baeza.

Por lo pronto, como junta de vecinos van a comenzar esta semana un taller para informarse sobre cómo enfrentar emergencias naturales, que les permita estar más preparados ante este tipo de eventos.

Peligro

Tanto expertos como el Gobierno están al tanto del daño bajo el enrocado del borde costero, luego de una una evaluación en el sector.

«Si uno revisa los mapas antiguos de la zona, se descubrirá que todo ese sector es relleno porque antes había una playa, por lo tanto la avenida Perú tiene una situación extremadamente vulnerable», dice Manuel Contreras, académico de la Facultad de Ingeniería de la UV.

La constante erosión bajo el enrocado podría provocar serios daños a todo el sector, teniendo en cuenta que la cantidad de marejadas es mucho mayor que en años anteriores.

«Lo primero que hay que hacer es actualizar el sistema de mitigación en avenida Perú y así poder generar un nuevo sistema que vaya acorde con este oleaje que es muy distinto al que había cuando se realizó esta construcción», asegura Álvaro López, académico de la Escuela de Ingeniería de la PUCV.

Ambos expertos mencionan el cambio climático como un factor clave en este nuevo escenario en el borde costero, donde se ven marejadas más frecuencias y con mayor intensidad.

«En el siglo XX teníamos un evento importante de marejadas cada dos o tres meses, ahora tenemos una alerta cada dos semanas, lo que impide que las playas se recuperen», dice el profesor Contreras.

«La pérdida de los bancos de arena en avenida Perú es la respuesta de la naturaleza luego que el hombre le ganara terreno al mar», asegura López.

El facultativo también señala que de no haber medidas para mitigar las marejadas en avenida Perú, los edificios podrían verse afectados a largo plazo. «La salinidad puede afectar la estructura del hormigón y si no hay algo para proteger estos muros de la corrosión, en unos diez años podrían verse daños severos», puntualizó.

Proyecto

En julio del 2017, el ministerio de Obras Públicas anunció un proyecto de protección de la avenida Perú que incluía una serie de obras para evitar los daños de las marejadas en la arteria. Sin embargo, a casi dos años desde el anuncio, aún no entra a la etapa de diseño.

Para el profesor Contreras, poner una segunda barrera podría ser contraproducente. «Si uno revisa los últimos 50 años, las soluciones duras como esas tapan el escenario costero. Existe otra solución, que es la ingeniería verde como, por ejemplo, la reconstrucción de los antiguos elementos que existían ahí: una playa es un sistema natural, o una duna con vegetación que permita una protección más eficiente y más ecológica», dice.

El académico de la PUCV concuerda con una visión más natural de protección, pero afirma que volver a instalar un banco de arena es una obra que considera una inversión importante.

La barrera de dolos sugerida por el MOP sería la opción más barata y fácil, ya que solo se necesita transportar estos elementos y ponerlos donde se desee. «El hormigón es más económico y su peso permite darle una estabilidad al talud», señala Contreras.

Pero hay otras ideas a más corto plazo que también se podrían considerar. «Podría ser algo que permita evacuar las aguas antes que llegue a los edificios o también la construcción de una estructura en la misma bahía que ayude a disipar la energía del oleaje antes que llegue a la costa», afirma el docente de la PUCV.

Proyecto Av. Perú

El proyecto que podría ejectuarse después del 2020, incluye 764 metros de longitud con dolos de hormigón a siete metros del enrocado existente, el aumento de la vereda en un metro y la instalación de un colector de aguas para canalizar las marejadas.

Desde la Seremi de Obras Públicas afirmaron que «se está trabajando en la recomendación de la etapa de diseño por parte del Ministerio de Desarrollo Social. Se espera licitar el diseño a fines de este año, con una inversión estimada de $270 millones».

 

Fuente: Estrella Valparaíso