Después de cuatro años en terreno negativo, la productividad total de factores (PTF) en Chile anotó un aumento de 1,3% en 2018. Esta es la mayor alza en ocho años, cuando en 2010 creció 1,6%. Así lo informó ayer la Comisión Nacional de Productividad (CNP), en su informe anual.
La Comisión, además, calculó la cifra de productividad excluyendo a la minería. Sin este sector, la PTF subió entre 2,3% y 2,4%, estimó el organismo.
El presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, explicó que esta alza se explicaría principalmente por un mayor dinamismo en la inversión, que en 2018 habría crecido en torno al 6%.
Esta inversión, explica el economista, se traduce principalmente en la renovación de maquinarias y equipos con tecnologías más modernas, lo que genera un efecto colateral de aumento de productividad. «Se viene de un período de cuatro años con un crecimiento inusualmente bajo, y en 2018 cambian las condiciones, con un nuevo gobierno que, muy probablemente, según muchos, genera un entorno más favorable. Eso mejoró las expectativas e implicó que se vuelvan a hacer inversiones. Y estas tienen un efecto en productividad», explicó.
Además, destaca que en períodos anteriores hubo reformas que habrían favorecido a un contexto de mayor productividad.
Sin embargo, advierte Bergoeing, el efecto de la inversión en la productividad -que fue lo central en 2018- es de corto plazo. «Llega un momento en que vas a necesitar otro tipo de cosas para mejorar la productividad adicionalmente a la inversión», dice.
Agrega que además de la llegada de nueva tecnología, sumando la mano de obra más calificada, estas deben desarrollarse en un contexto que favorezca las ganancias de productividad.
«Los países mejoran su productividad cuando son capaces de hacer las cosas mejor. Parte de eso tiene que ver con educación y con que el mercado laboral se adapte rápidamente a los cambios del entorno. Tiene que ver también con adoptar rápidamente las buenas ideas que se van inventando en otras partes del mundo. Y todo eso pasa por tener buenas reformas y buen contexto económico», afirma Bergoeing.
Así, advierten desde la CNP, por el momento es difícil determinar en qué medida este cambio de trayectoria en la productividad persistiría en los próximos años, ya que está influenciado por la recuperación económica. «Cuando una economía creció en torno al 1,4% el año previo y crece al 4% el año siguiente, muy probablemente va a haber aspectos del ciclo que van a ayudar a que algunos factores que estaban paralizados se utilicen con mayor intensidad», afirmó Bergoeing.
Desde el Gobierno, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dijo que el resultado es un quiebre de tendencia. «Es una noticia positiva y nuestro desafío es que este aumento de 1,3% de la productividad 2018 permanezca en el tiempo».
Desempeño por sectores
Otro aspecto considerado en el informe anual es lo que ocurre en diversos sectores de la economía. Sin embargo, estos datos son con un año de desfase. Para el 2017, tres de ocho sectores considerados experimentaron un alza respecto de 2016. Estos son industria (0,6%), comercio, hoteles y restaurantes (2,8%) y transportes y telecomunicaciones (1,4%). En la vereda contraria, la minería cayó 2,6%, construcción 2% y servicios 1,4%.
«Esto confirma el hallazgo de una fuerte desaceleración de la productividad en casi todos los sectores desde mediados de la década pasada», señala el informe.
Para el informe anual, la CNP elaboró dos anexos en el informe. Uno es sobre «Productividad y migración», que, entre otros resultados, arrojó que el 81% de los extranjeros que viven en Chile están en la fuerza laboral y solo el 61% de la población lo está (ver recuadro).
El otro anexo es sobre «Productividad y concentración de mercados». Acá se detectó que entre las posibles razones de la desaceleración en la productividad en Chile a partir de la década pasada (ver infografía) sería por la falta de competencia en los mercados locales.
Fuente: El Mercurio
