El ejecutivo explicó que «esto permitirá a San Antonio aumentar su disponibilidad de sitios. El margen de ampliación del parámetro es muy importante porque el efecto de la ola acá está en promedio entre 1,8 y 2 metros, lo cual se traducirá en que podamos tener de aquí en adelante un 30% más de maniobras de naves en relación a lo que actualmente realizábamos».
Knaak agregó que «esto incidirá positivamente en la cadena logística, ya que habrá mayor disponibilidad de sitios, menos congestión de naves en espera y representa un gran desafío para los terminales, las agencias de naves, para los prácticos, los medios de apoyo como lanchas y remolcadores, y para nosotros como empresa portuaria para planificar de la mejor forma esta nueva condición de operación».
«El proceso implicó un arduo trabajo de maniobras de prueba, en el que participaron activamente diferentes áreas de nuestra empresa, los concesionarios y el SEP. Este trabajo conjunto fue fundamental para la consecución del objetivo, con informes técnicos y un profundo análisis por parte de la autoridad marítima para darnos así la aprobación», sostuvo Knaak.