El timonel del grupo de empresas de servicios marítimos, portuarios y logística Ultramar asegura que les atraen todas las expansiones o concesiones portuarias en el país. Sin embargo, acusa desconocimiento y falta de voluntad de las autoridades para avanzar y apoyar el desarrollo del puerto de Valparaíso, el cual es su prioridad.
EN EL VESTÍBULO de entrada de su oficina en Isidora Goyenechea, al costado, hay un buque naviero a pequeña escala que da la bienvenida a quienes llegan al Grupo Ultramar. Su presidente, Richard Von Appen, apenas asomaba la nariz, en medio de una serie de reuniones de negocios que había sostenido durante esa mañana, atendiendo a las distintas áreas de negocios de su grupo de empresas, las cuales abarcan servicios marítimos, portuarios y logística industrial.
“El cambio en el clima laboral es bien notable porque pasamos de un pesimismo, de una mirada muy negativa respecto de cómo se estaba juzgando al empresariado a discutir nuevamente crecimiento, desarrollo y de cómo podemos volver a incentivar la inversión”, cuenta.
Con una reestructuración ya concluida -que reordenó la casa en tres áreas; Agencia, Logística y Puertos-, y después de enfrentar algunos roces con socios portuarios ante la masiva fuga de los cruceros de Valparaíso, el empresario de 51 años da vuelta la página y reorienta los negocios del Grupo Ultramar, en medio de un cambio drástico en la composición del mercado, que en menos de 10 años pasó de 25 líneas de contenedores que manejaban el 80% del tráfico a sólo 5 líneas que gestionan más del 70% del volumen mundial de contenedores.
En esa línea circunscribe sus operaciones en terminales marítimos, destacando el Terminal Pacífico Sur y sus operaciones en el Puerto de Coquimbo. En ambos puntos invirtieron en expansiones.
¿Cómo enfrenta Ultramar este año tras la reestructuración del año pasado y los cambios en sus gerencias?
-Las empresas tienen que ir adaptándose al contexto al cuál están enfrentados y los negocios Ultramar, en el contexto en que se desarrollan, han tenido cambios muy importantes. La fusión de las navieras ha implicado una menor cantidad de clientes, pero de mayor tamaño. Ellos también se han ido integrando verticalmente en varios de los negocios que nosotros y nuestros competidores atendíamos. Nosotros para adaptarnos a esa nueva realidad nos reorganizamos. Esto ocurre cada cierto tiempo porque el mundo es cambiante y si las empresas no se adaptan mueren. A pesar de que son proceso que siempre tienen un costo humano no agradable, estoy convencido de que es absolutamente necesario creo que, tras concluir el proceso de reorganización, Ultramar está bien estructurada para enfrentar este nuevo escenario.
¿Están hoy las condiciones para desempolvar proyectos?
-El Comercio Exterior, como sector, ha estado bastante estancado en los últimos años. ha estado bastante estancado en los últimos años. El 2017, después de varios años, vimos un repunte en los volúmenes, especialmente, de contenedores, lo cual implica que de continuar este escenario se requerirá infraestructura logística y portuaria. Nosotros le manifestamos al Gobierno pasado, y la seguimos manteniendo, nuestra intención de seguir invirtiendo en oportunidades, ya sea en concesiones o expansiones de los puertos y en oportunidades en el área logística. Así que estamos atentos a las señales que puedan existir para poder participar.
¿A la fecha ya tienen vista alguna oportunidad de inversión?
-Todo depende de las proyecciones carga. Pero si estas fueran como se estaban dando en los últimos 12 meses, y dependiendo de si se hace o no el Terminal 2 en Valparaíso, se producirá un requerimiento de infraestructura, por eso nosotros estamos interesados eventualmente en invertir en el Puerto de Gran Escala en San Antonio. Pero también nos interesa el proyecto del Terminal 3 en Valparaíso, aunque hasta ahora la Empresa Portuaria de Valparaíso no lo ha impulsado con la convicción necesaria como se ha hecho en San Antonio. El drama de Valparaíso es bien grande porque se está quedando sin infraestructura portuaria. La única construcción que se ha hecho es nuestra expansión de 120 metros. En cambio en San Antonio se han invertido más de US$500 millones en construir un terminal nuevo y nosotros en cambio estábamos recibiendo los buques cruceros entre contenedores en el terminal de carga, cuando desde hace tiempo hay síntomas de que Valparaíso requiere de un muelle dedicado para los cruceros. Lamentablemente se llegó a una situación en que era incompatible los buques de carga con los cruceros y esto desencadenó este problema para Valparaíso que ojalá sea temporal. Espero que lo antes posible la empresa portuaria manifieste interés en concesionar un muelle para pasajeros, porque Valparaíso lo requiere urgentemente.
¿Qué hace falta para sacar adelante esta modernización portuaria que requiere Valparaíso?
-Valparaíso no tiene un sueño, no tiene un plan de lo que quiere ser. El alcalde Sharp está haciendo un esfuerzo en esa dirección, pero la sociedad civil de Valparaíso también se tiene que unir y poder definir qué es lo que quieren hacer. No hay una planificación. Con las autoridades que hemos hablado, hay desconocimiento y no hay voluntad de tener un plan para poder proyectar y empezar a socializar cuáles son los proyectos de expansión del Puerto de Valparaíso. Uno ve que el Terminal 2; que lleva tres años de atraso en una forma inexplicable, ha hecho de que hoy San Antonio tenga una ventaja enorme. Entonces los clientes y los armadores se preguntan cuál es el futuro de Valparaíso, porque vemos que no hay un proyecto de expansión y necesitamos adaptar los muelles con mayor profundidad. Nos hemos encontrado con una barrera de desconocimiento y falta de voluntad para poder avanzar y apoyar el desarrollo del puerto.
¿Cuán concreto ve hoy que Ultramar opere en un Puerto a Gran Escala?
El tribunal (de Libre Competencia) tiene que definir cuáles son las reglas para participar en el PGE y obviamente las vamos a aceptar. Hoy día hay tres terminales compitiendo en la región, dos en San Antonio y uno en Valparaíso. En el caso que se sumen dos terminales más, habrán cinco operadores distintos compitiendo. Dependiendo de cuándo se licite finalmente el PGE nosotros vamos a tener que definir si es que nos salimos de una terminal y entramos en la otra, obviamente dependiendo de las reglas de competencia y participación que finalmente apruebe el tribunal. Tendremos que decidirlo una vez que se aclaren las reglas. Hoy no podemos operar al mismo tiempo en Valparaíso y San Antonio.
¿Ultramar estaría dispuesto a dejar Valparaíso por San Antonio?
-Nuestra primera preferencia es seguir desarrollando Valparaíso, pero si se nos permite hacer eso San Antonio es un pueblo que tiene mucho arraigo dentro de Ultramar. Hemos tenido una operación durante muchos años y aquí no es un puerto contra otro. Acá lo que tenemos es desarrollar infraestructura portuaria. Creo que deben de haber proyectos de desarrollo en ambos puertos.
El año pasado el grupo Agunsa los responsabilizó de la fuga de cruceros que afectó su negocio de terminal de pasajeros, ¿de qué se hace cargo Ultramar?
-Es un episodio muy lamentable, porque creo que Valparaíso sin duda se ha visto afectado por esta situación, pero este es un tema que venimos levantando con la Empresa Portuaria hace varios años y aquí la falta de planificación le pasó la cuenta a Valparaíso. Este proyecto de un muelle, que puede costar entre US$20 y US$35 millones, puede estar listo en dos años. Esto se podría haber resuelto hace varios años al llamar a una licitación para construirlo. Nosotros mismos presentamos un proyecto para hacerlo en el muelle Barón y fue rechazado por la Empresas Portuaria y ellos están levantando su propio proyecto lo cual está bien. Pero soy optimista de que una vez que se construya el muelle , los cruceros retornarán a Valparaíso, porque la ciudad ofrece lo que San Antonio no puede que es esta maravilla que tiene de paisaje; este anfiteatro natural y también su gente.
Proyecto Dominga:“Es acertada la decisión del Gobierno”
¿Qué opina de que el gobierno se haya restado en participar del proceso de conciliación del proyecto minero Dominga y que Sofofa respaldara aquella decisión?
-Comparto lo que dice el presidente de Sofofa. Nosotros tenemos que hacer que las instituciones con bases técnicas funcionen. En este caso es acertada la decisión.
¿En qué situación deja este caso a Minera Invierno, que Ultramar comparte con Empresas Copec y que espera la decisión de Comité de Ministros?
-No soy la persona indicada para abordar este tema porque este negocio es liderado por la otra rama de la familia.
Usted fue muy activo en el grupo de los 5 que llevó la candidatura de Bernardo Larraín a la Sofofa, ¿Esa alianza existe aún?
-Este grupo de los 5, del cual no me gusta el nombre, somos de una generación similar y la razón por la cual nosotros empezamos a conversar es porque hicimos el diagnóstico que nuestra generación no se estaba haciendo cargo de la responsabilidad de empezar a tomar posición en los temas gremiales y con justa razón. Así, tomamos el bastón y Bernardo con una gran disposición, que le agradezco, dejó sus funciones empresariales para dedicarse en una parte muy relevante a presidente de la Sofofa. Esto está ocurriendo en los distintos gremios y nuestra generación no puede pasar sin pena ni gloria. Nosotros seguimos manteniendo contacto regularmente y conversamos.
¿Qué le parece la designación de Alfonso Swett como próximo presidente de la CPC?
-Alfonso, a quien conozco desde la época de la universidad, tiene las condiciones para hacer una gran labor. Tiene una experiencia ejecutiva que es relevante, ha trabajado en una empresa exitosa y en un sector muy competitivo como es el retail. El tiene además contacto con alumnos por su experiencia docente y lo otro es su contacto con el mundo del trabajo y sindical, que es algo que el empresariado siempre ha mirado con algo de recelo y creo que deber ser al contrario. Nosotros tenemos que privilegiar el contacto y escuchar cuáles son las inquietudes.
Fuente: Pulso