Brasil es el mayor socio comercial de Chile en Sudamérica. Según datos del Banco Central, los envíos desde nuestro país al gigante de la región representaron el 35,2% de todas las exportaciones realizadas hacia el continente sudamericano y generaron retornos por US$ 2.997 millones en 2016.
Entre los productos que más vende Chile a Brasil destacan los salmones, vinos y, en menor medida, cobre y frutas.
La industria acuícola local ha realizado diversas acciones de promoción en ese país y sus exportaciones hacia ese destino son el 15% de los envíos totales en valor. Incluso, si se considera solo Sudamérica, concentra el 84%.
En el caso del sector vitivinícola, en el que Brasil también cuenta con una estrategia comercial diseñada para ese mercado, la potencia recibe el 7,96% de las exportaciones totales de vino chileno. Además, concentra el 63,6% de las ventas dentro de la región sudamericana.
En menor medida aparecen los embarques de cobre, con 4,93% del total de los envíos y el 93% de las ventas dentro de Sudamérica, y los de fruta, con 3,8% en las exportaciones y 40,9% de los envíos dentro del continente.
Por ello, los envíos de salmones y vinos podrían ser los productos que más riesgo corren ante la posibilidad de que el gobierno del Presidente Michel Temer haga efectivas las supuestas represalias que anunció que tomaría contra las exportaciones chilenas. Ello, en respuesta ante la medida que tomó el Gobierno de suspender, de manera temporal y preventiva, la importación de todo tipo de carnes desde Brasil tras verificarse adulteraciones en los productos. Incluso, el presidente de Quiñenco, Andrónico Luksic, afirmó a través de Twitter: «Esta sí que está buena… Venden carne mala y se enojan porque no compramos!! (sic)».
Europa pide explicaciones
Sin embargo, Chile no es el único que ha tomado medidas de este tenor. También lo han hecho la Unión Europea, Suiza, China, Corea y Hong Kong, entre otros países y bloques. La Comisión Europea (CE) reprochó ayer a Brasil haber conocido el fraude de la carne adulterada «por la prensa» y tildó de «inaceptable» que no hubiera una notificación oficial del caso por parte de las autoridades brasileñas, al tiempo que pidió nuevas aclaraciones sobre el caso. «Nos parece inaceptable que nos enteráramos de esto por la prensa y que no nos lo comentaran oficialmente», declaró el director general de Cadena Alimentaria de la Dirección General de Salud, Michael Scannell.
En relación a la determinación de suspensión temporal, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, estimó ayer que se trata de una decisión acorde a las circunstancias. El secretario de Estado también reveló que, según información recibida desde Brasil, son 21 frigoríficos los que están siendo objeto de la investigación en ese país y que uno de ellos exportó carne de ave a Chile. Agregó que ahora se requiere corroborar la lista de las compañías indagadas y, sobre todo, verificar cuándo y en qué cantidad se realizaron esos envíos al país.
Asimismo, Furche indicó que el Gobierno confía flexibilizar y acotar la medida solo a los frigoríficos investigados una vez que se tenga la información completa. Además, respecto a la medida de suspensión, descartó que se quiera proteger a los productores nacionales, sino que lo que se busca es resguardar la salud de los consumidores.
En tanto, en el Ministerio de Salud también se encuentran fiscalizando la calidad de las carnes en sus puntos de venta. La titular de esa cartera, Carmen Castillo, aseguró que la carne brasileña que se comercializa en Chile cuenta con toda la seguridad para ser consumida y que los fiscalizadores están controlando los productos dentro del país.
La directora de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) de la Cancillería, Paulina Nazal, señaló que «ya se activaron todos los canales formales y diplomáticos con Brasil, y esperamos que se restablezca la normalidad en la medida en que Brasil entregue la información pertinente. Confiamos que esto se solucionará en el brevísimo plazo».
4,95% pesa Brasil en el total de las exportaciones que realiza Chile hacia el mundo. En América del Sur, la potencia representa el 35,2% de los envíos locales.
Fuente: El Mercurio