Los terminalistas están viendo reducidos sus márgenes y beneficios durante los últimos años, por lo que se esperan nuevas actuaciones para hacer frente a esta situación.
Invertir y operar terminales de contenedores ha sido durante mucho tiempo un negocio muy rentable y resistente. Apuntalado por un fuerte crecimiento de la demanda y sustentado por importantes barreras a la entrada de nuevos competidores, este sector siempre ha mantenido un alto nivel de beneficios que han permitido compensar las fuertes inversiones en los puertos.
No obstante, desde la consultora Drewry afirman que el crecimiento de las terminales de contenedores se ha ralentizado durante los últimos años, y apuntan que el sector se encuentra en los albores de un nuevo periodo en el que los beneficios para estas instalaciones, y por ende para los puertos, no serán tan elevados en un futuro.
Hasta el ejercicio 2009, la demanda de las terminales había venido creciendo a un ritmo promedio del 11% anual. Durante los años posteriores, el aumento se ha establecido en el 5% anual, hasta que en el año 2015 los beneficios sólo han crecido un 1%, mientras las expectativas para 2016 se sitúan en el 2,5%.
Más allá de la evidente dificultad de mantener un crecimiento de dos dígitos durante mucho tiempo, desde la consultora explican esta situación por el mayor tamaño de los buques en todas las rutas comerciales, ya que la introducción de los megaportacontenedores en las principales rutas conlleva el despliegue a otras regiones de los buques que las venían cubriendo.
De este modo, todos los puertos del mundo están viendo aumentado el tamaño de los buques que reciben, lo que se traduce en un menor número de operaciones y excesos de capacidad mientras la demanda se mantiene estática.
A este hecho se suman los acuerdos entre las navieras, lo que hace que su peso en el puerto, y con ello su capacidad de negociación, sean cada vez mayores.
Así, la nueva naturaleza de la demanda llama a un menor número de terminales pero más grandes, lo que implica la consolidación de estas instalaciones en cada puerto tanto físicamente como en lo que a los propietarios se refiere. Sin embargo, teniendo en cuenta que esta consolidación es “compleja y costosa”, cabe la posibilidad de que esta no se produzca, o que lo haga a largo plazo.
Cuatro posibles escenarios
En este contexto, desde Drewry atisban cuatro escenarios posibles para el futuro de las terminales de contenedores. El primero de ellos es que terminalistas y navieras cooperen estrechamente para mitigar el impacto negativo de los grandes buques y las alianzas, algo que si bien “ayudará” al sector, es poco probable que resuelva el problema por completo.
Otra posibilidad es el aumento de los precios por parte de los terminalistas, a lo que se resistirán obviamente las navieras teniendo en cuenta el contexto actual del transporte marítimo de contenedores.
Un tercer escenario posible es que los terminalistas acepten los menores beneficios y márgenes operativos, lo que conllevaría a que, probablemente,algunas compañías e inversores abandonasen este mercado.
Por último, desde la consultora señalan, como una situación “extrema”, la posibilidad de que los terminalistas opten por no invertir en nuevos equipos y capacidad para satisfacer a los megabuques, lo que dejaría a las navieras sin posibilidad de atracar sus grandes portacontenedores.
Por todo ello, los expertos de Drewry apuntan que este sector “está en la cúspide de un punto crítico”, por lo que alguien “debe ceder” para garantizar la prestación de capacidad portuaria y la productividad de las terminales a largo plazo, algo que pasa por asegurar una rentabilidad de los operadores que satisfaga al menos la inversión realizada.
Fuente: www.cadenadesuministro.es
Se avecinan tiempos de cambio en las terminales de contenedores https://t.co/P1NfV7J4tP https://t.co/nkaG6bz1Qi