Las palabras emanadas desde el directorio de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) -a través de una declaración pública- de revisar en forma y fondo los contratos de concesión portuaria a raíz de los últimos conflictos que han afectado a la industria de cruceros, incluyendo el desvío a San Antonio de la última nave de la temporada, provocó la reacción de Terminal Pacífico Sur (TPS), blanco principal de las críticas de la estatal.
«De parte de nuestro concesionario Terminal Pacífico Sur, el principal actor en la atención de las naves de cruceros, esta voluntad de articular respuestas claras a la industria no ha existido. Sus actuaciones han sido contradictorias, difusas, han anunciado alzas tarifarias, se han opuesto a cualquier esfuerzo por ordenar la actividad», señalaba el escrito de EPV.
Ante esto, el concesionario, por la misma vía, expresó su sorpresa al conocer a través de la prensa que la estatal comenzaría un proceso de revisión del contrato de concesión, «ya que no se ha recibido ningún antecedente al respecto».
«Durante los más 16 años de concesión, Terminal Pacífico Sur Valparaíso (TPS) ha demostrado su compromiso con el desarrollo sustentable de la industria de cruceros, fomentando y reforzando de esta manera el posicionamiento que la ciudad de Valparaíso tiene como destino turístico», indica el escrito.
«TPS ha mostrado siempre un compromiso con todos sus clientes navieros, lo que incluye la industria de los cruceros. Desde que comenzamos a operar en el puerto de Valparaíso, hemos recibido a más de un millón de pasajeros en más de 426 recaladas, con una excelente evaluación en una industria exigente como esta. Siempre nos hemos sentido un socio estratégico de líneas y operadores de cruceros y de la industria del turismo», precisó Oliver Weinreich, subgerente general de TPS.
Asimismo, el ejecutivo añadió que «nuestra concesión del puerto de Valparaíso ha trabajado siempre entendiendo que es el principal puerto de cruceros y, por lo mismo, siempre hemos mantenido y seguiremos manteniendo relación directa con la industria para articular y promover de la mejor manera los servicios que demanda esta industria».
En tanto, el intendente regional, Gabriel Aldoney, llamó al concesionario a clarificar sus intereses respecto al tema cruceros frente a lo que sucedió con el desvío a San Antonio de la última nave de la temporada. «En este caso lo grave de la situación no es que esto sea producto de que Valparaíso no sea un puerto competitivo en términos estructurales, sino que aquí ha habido una actitud tanto de un grupo de trabajadores como del concesionario de no ser claros en esta materia, privilegiando intereses de otra naturaleza (…) intereses particulares frente al interés que puede tener una comunidad que ve en esto una oportunidad de desarrollo no solamente económica, sino también cultural».
Si bien Aldoney recalca que el puerto al que llegará el «Norwegian Sun» sigue siendo regional, le preocupa el conflicto que se ha creado y que perjudica a Valparaíso.
«Hay que tener presente que los cruceristas transmiten lo que ven, lo que ocurre en Valparaíso, van divulgando las cualidades que la ciudad tiene y, por lo tanto, el daño que se está haciendo es alto, que yo espero que no sea irreparable, pero el riesgo de que eso suceda es muy alto», subrayó.
El senador Ricardo Lagos Weber (PPD) se mostró preocupado por el daño económico que la situación puede generar al sector turismo de la capital regional. «Propongo que sigamos conversando para encontrar una solución al tema de las cargas limpias, si es que hubiera una alternativa distinta. Lo que digo es que no incorporemos un tema adicional que va a generar costos para la industria de los cruceros, que deja hartos recursos en Valparaíso y tienen una proyección en la región, yéndose hacia San Antonio. Yo pediría que no mezclemos los temas.
En tanto, los empresarios hoteleros de Valparaíso mostraron su inquietud por la posibilidad de que la industria de cruceros parta definitivamente a San Antonio.
«Para nosotros es bien complejo el tema porque nos afecta mucho, el turismo es muy importante para Valparaíso y brinda un alto porcentaje de trabajo y no sólo en hotelería, sino que en todo lo que está ligado a la actividad, como restaurantes, transportes, etc.; y la posibilidad de que los cruceros no vengan más a Valparaíso nos complica», comentó la presidenta de Hoteles de Valparaíso AG, Verónica Castillo.
«Nos hemos capacitado para dar un buen servicio al pasajero en general y se ha invertido en ello a todo nivel», agregó la líder gremial, que en el caso puntual del «Norwegian Sun» advirtió que si hubiese arribado a la ciudad el 80%-90% de la hotelería estaría reservada para el fin de semana.
MOLINA: «HAY QUE PEDIR INFORMACIÓN»
La diputada Andrea Molina concurrió ayer a TPS para reunirse con los trabajadores de la Coordinadora Marítima Portuaria y discutir por el tema de las cargas limpias. «Hay que pedir información y voy a solicitar una reunión con EPV y la Contraloría», dijo la parlamentaria, agregando que «es relevante escuchar a todas las partes para ver por qué en este puerto funcionan las cosas de determinada manera y no de otra». En tanto, el vocero de la Coordinadora, Sergio Baeza, advirtió que los trabajadores no son responsables de que el crucero «Norwegian Sun» no recale en Valparaíso. «Acá el culpable de todo esto es EPV, que no quiere dialogar», subrayó.
3 cruceros tuvieron problemas para su operación en Valparaíso durante la temporada 2016-2017, ellos fueron el «Crown Princess», el «Costa Luminosa» y el «Norwegian Sun».
US$ 30 millones de ingresos anuales para el sector económico de la ciudad de Valparaíso representa la industria de cruceros, una actividad que está en riesgo en la capital regional.
1.700 pasajeros desembarcarán en San Antonio y 1.500 subirán a bordo del «Norwegian Sun», el último crucero de la temporada y el primero que recibe Puerto Central.
Fuente: El Mercurio de Valpaarìso