No ha pasado ni una semana desde que Estados Unidos y China llegaron a un acuerdo para evitar que se desencadene una guerra comercial. Sin embargo, el miércoles -a través de su cuenta de Twitter-, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló que «muy pronto» habrá noticias para la industria automotriz. «Habrá una gran noticia próximamente para nuestros grandes trabajadores automotrices estadounidenses. Después de muchas décadas de perder sus trabajos en otros países, ¡han esperado lo suficiente!», afirmó Trump por medio de la red social.
Esto, luego de que ordenara al Departamento de Comercio -específicamente, al secretario de Comercio, Wilbur Ross- que inicie una investigación para ver si es necesario imponer aranceles a la importación de autos, camiones y partes de autos. El Mandatario de la primera economía mundial tiene la intención de aplicar un arancel de hasta un 25% si se determina que la industria automotriz importada pone en riesgo la seguridad nacional.
México, Canadá, la Unión Europea y los países asiáticos serían los más afectados con esta medida que ejerce presión en todos los frentes comerciales de la Casa Blanca. El anuncio se realiza en medio de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá (Nafta, por sus siglas en inglés), países que exportan gran parte de los vehículos que se venden en Estados Unidos.
Gobiernos, legisladores y gremios industriales criticaron con fuerza la decisión. Muchos dijeron que la medida que pretende imponer Trump podría encarecer los costos para los consumidores y perjudicaría los empleos. «Si esta propuesta avanza, sería un golpe enorme para la industria que pretende proteger y amenazaría con iniciar una guerra comercial global», dijo el presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., Thomas Donohue.
«Riesgo para la seguridad nacional», ese fue el mismo argumento que Trump utilizó a principios de marzo, cuando impuso aranceles de 25% a las importaciones de acero y 10% a las de aluminio, lo que más tarde se tradujo en una escalada proteccionista entre las principales potencias del mundo.
Esto, además, va en la línea contraria a la apertura comercial que ha manifestado China en los últimos días. El martes el gigante asiático anunció que reducirá a 15% los aranceles para la importación de 125 modelos de vehículos extranjeros y que entrarán en vigencia el 1 de julio.
Fuente: El Mercurio
