El próximo 31 de diciembre el dique de Valparaíso deberá moverse de su actual ubicación -por el desarrollo del T2- a otra zona, cuyas condiciones son evaluadas por el consorcio chileno-español Sociber.
En base a los resultados de ese análisis, la empresa resolverá si permanece en la rada de la ciudad o definitivamente se traslada a otro puerto, con Talcahuano como primera opción. «El dique es de Valparaíso y hay que hacer todos los esfuerzos humanos y técnicos para que permanezca con sus actividades en la ciudad», comentó el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, ante la realidad que afecta a la estructura.
El jefe comunal recalcó la relevancia que tiene el dique desde el punto de vista laboral, otorgando cerca de 200 empleos directos además de impulsar otras actividades económicas. «El dique representa para Valparaíso una fuente de trabajo importantísima para muchos porteños y por lo mismo lo que se ha venido haciendo en este último tiempo es trabajar en la posibilidad cierta de que el dique siga funcionando acá», subrayó Castro, enfatizando que espera que el nuevo punto sea óptimo para que siga operando.
«Es lo que queremos, a nuestro juicio es perfectamente posible que en una nueva ubicación tenga la posibilidad también de ser abrigado por el molo y mantener sus actividades en Valparaíso, y se lo hemos hecho saber a las autoridades de EPV», manifestó, insistiendo en que hay que tomar todas las medidas posibles para que no se traslade a otro puerto. «Hay que agotar hasta las última posibilidad para que el dique permanezca con sus actividades en la ciudad de Valparaíso y si hay que hacer una variación respecto a su ubicación habrá que hacerla, pero claramente sin que esto signifique que deba salir de Valparaíso a otro puerto del país».
Servicio clave
Para el gerente general Asociación Nacional de Armadores (ANA), Ricardo Tejada, un puerto no es sólo un sitio de atraque y un área de respaldo, sino que requiere otros servicios como un dique. «(Un puerto) lo constituye también un sistema de soporte logístico integral que permita movilizar la carga por un lado y por el otro brindar a las naves que transportan los contenedores la logística necesaria para operar; allí se consideran empresas como maestranzas, proveedores, agencias y, por supuesto, un dique que pueda proveer el servicio de carena y reparaciones de emergencia que un buque pueda requerir, y permitir así que pueda seguir operando en el más breve plazo».
En esa línea recalcó que si bien el dique de Valparaíso es de un tamaño menor al de las naves de carga que cada día pasan con más frecuencia por Valparaíso, sí existe un número importante de naves, de cabotaje, de pasajeros, remolcadores y otras que hacen uso de su servicio. «Si no existiera el dique de Valparaíso las naves se tendrían que desplazar al puerto de Talcahuano u otro con los costos que ello implica», dijo el ejecutivo recalcando además su fortaleza como fuente de empleo.
Desde la academia, el director de la carrera de Ingeniería Civil Oceánica de la UV, Sergio Bidart, agrega que «es necesario mantenerlo si queremos ser un puerto a nivel mundial, todo puerto importante debe tener la capacidad de reparar buques en su propia bahía».
1985 es el año en que entró en operaciones el dique «Valparaíso III» del consorcio Sociber.
31 de diciembre es la fecha en que la estructura deberá abandonar su actual posición en la bahía.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
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